La crisis turística no detiene la inmigración en el sur tinerfeño

El año 2005 en el sur de la isla estuvo marcado por la recesión económica motivada por la crisis turística que se arrastra desde hace un lustro. La baja ocupación en los establecimientos hoteleros y extrahoteleros obligó a una importante reducción de precios, lo que trajo consigo, como es natural, la presencia de un turismo de poco poder adquisitivo, lo que, a su vez, afectó seriamente al comercio en general.

Razones para esta crisis turística parece que hay muchas y para todos los gustos: atentados terroristas, guerra de Irak… Pero hay otra que apuntan los hoteleros, como es la moratoria turística, que obligó a algunos promotores a adelantar sus inversiones por temor a no conseguir la licencia correspondiente. ¿Efecto? Incorporación al mercado de miles de camas de forma precipitada y simultánea en un corto plazo de tiempo. Sin embargo, también hay otro factor: el ciclo de recesión económica en algunos países tradicionalmente emisores del turismo en Canarias como Alemania, Francia o los países escandinavos. Además, hay que referirse al incremento de los costes de explotación turística por las repercusiones de la entrada del euro, que ha conllevado un encarecimiento generalizado del destino turístico, en este caso, del sur de Tenerife. Y otro aspecto que hay que tener muy en cuenta es la apertura y/o refuerzo de mercados turísticos competidores: 400.000 nuevas camas en la denominada cuenca mediterránea; nuevos mercados del Este como Chequia o Bulgaria; la consolidación de mercados competidores como Yugoslavia, Grecia, Turquía y el norte de África, destinos turístico muy atractivos en relación precio-calidad.

Junto a la crisis turística, otro aspecto a destacar de este año 2005 es la inmigración, fuertemente implantada en núcleos como San Isidro (Granadilla) o El Fraile (Arona). Tal vez, algunos datos sirvan de ejemplo. Así, en el municipio de Arona hay censadas personas de más de 140 nacionalidades distintas y en Adeje también conviven más de un centenar de nacionalidades. Además, el sur tinerfeño vivió un nuevo fenómeno el pasado año, en el que se hizo frecuente la llegada de pateras a las costas de Arico, Granadilla y Arona. Además, como añadido a la mala situación turística vivida y sus consecuencias en el comercio, en este año recién terminado se puso de manifiesto que el Sur sufre todavía la carencia de importantes infraestructuras, por las cuales luchan todos los ayuntamientos, colectivos vecinales y asociaciones empresariales. El suministro eléctrico aún no se ha solucionado y se buscan alternativas como las turbinas instaladas en Arona o las pendientes de colocar en Guía de Isora, estas últimas originarias de una fuerte polémica entre los vecinos y el Ayuntamiento. Pero la triste realidad es que una zona de la importancia económica del sur tinerfeño aún está pendiente de esta infraestructura tan necesaria. Y, mientras, se sigue creciendo.

Otro asunto que ha originado una tensa situación durante 2005 ha sido el tan traído y llevado Puerto Industrial de Granadilla. El proyecto se ha visto reducido de forma importante, pero se está pendiente de la decisión de Bruselas para acometer definitivamente su construcción. Y también ha generado polémica el necesario anillo insular, que permitirá una mejor y más rápida comunicación con la zona norte de la isla. Sin embargo, no todo ha sido malo, porque, al fin, ya se disponen de los terrenos necesarios para la construcción del Centro Sociosanitario del Sur, en el municipio de Arona, que vendrá a paliar en parte la deficitaria situación que sufre esta comarca en materia de sanidad pública. Porque la población (y los coches) siguen creciendo. Y esto último se ha podido comprobar en 2005 con el agravamiento de la situación en cuanto al tráfico se refiere. Los colapsos en cruces tan importantes como los de Guaza (Arona), San Isidro (Granadilla) o Las Chafiras (San Miguel) se han hecho habituales y las medidas adoptadas por el Cabildo Insular, con la creación de rotondas, sólo han servido como parche, porque las largas colas por el arcén de la autopista continúan. ¿Soluciones? Habrá que esperar a 2006.

Y también habrá que esperar por la construcción del tercer carril en la Autopista del Sur. Desde hace meses ya se trabaja en el tramo que transcurre desde Santa Cruz a los túneles de Güímar, pero es necesario proseguir hasta Adeje. Y en este precipitado repaso anual no se puede dejar al margen la polémica causada en la zona sur por el Plan Insular de Acuicultura, que ubica la mayor parte de las jaulas marinas, para cría y engorde de pescado, frente a las principales zonas turísticas. La reacción de los ayuntamientos de Adeje, Arona, Guía de Isora y Santiago del Teide no se hizo esperar, así como de las asociaciones empresariales y de Ashotel. Nadie se muestra en contra de la actividad, pero sí de la ubicación de las jaulas. En diferentes reuniones mantenidas con el Cabildo de Tenerife se propuso la creación de unos polígonos que acogieran a las empresas de acuicultura, para así evitar el impacto visual que suponen las jaulas justo frente a los complejos turísticos. Y la lógica señala que alguna medida habrá que tomar. Pero también parece que esta solución se aplaza a 2006.

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