La gran paradoja del teatro en Canarias: compañías sin apoyos

Para realizar este pequeño repaso me parece necesario empezar con los principales agentes del arte teatral, que son los grupos y compañías teatrales de las islas. En 2005, cabe destacar de manera muy clara el aumento en la calidad de las obras representadas e incluso el aumento del número de compañías. Y esto es sorprendente si se tiene en cuenta la población de las islas.

Canarias es una de las comunidades autónomas con mayor número de compañías respecto a su población. Y el dato sorprende aún más si se observa la falta de apoyo decidido por parte de las administraciones públicas. Históricamente, arrastramos un déficit en políticas culturales, tanto más en políticas encaminadas al fomento y la distribución del teatro, un arte menor para nuestros políticos, a juzgar por sus propuestas. Los espacios teatrales de las islas se encuentran en un estado lamentable y podemos contar con los dedos de una mano los teatros bien acondicionados para el correcto ejercicio de la práctica teatral. A eso hay que sumar la escasa o nula preparación de los responsables en programación de estos espacios, que, en general, no son gestores culturales preparados, sino funcionarios con muy buena voluntad, pero sin conocimientos suficientes. Por supuesto, existen excepciones en diversos municipios de las islas (Mogán, Agüimes, Los Realejos…). Pero son eso, excepciones.

En 2005 se ha producido la puesta en marcha del circuito regional de teatro, danza y música, si bien no se ha terminado de afianzar por varios motivos: uno, la negativa del Cabildo Insular de Gran Canaria a firmar el convenio para la puesta en marcha de este circuito, dejando, por lo tanto, a los grupos de las otras islas sin posibilidades de actuar en Gran Canaria; y otro, la falta de claridad en el convenio y en su aplicación, con lo que se encuentran las compañías teatrales algo confundidas a la hora de poder participar en dicho circuito. A su vez, no queda clara la forma de convivencia con otros circuitos, como el de Tenerife, que resolvió en un principio las peticiones de las compañías de esta Isla y que se antoja como un medio bastante eficaz para paliar la pobreza en las programaciones, si bien tiene grandes carencias que se deben abordar de forma seria. En 2005, además, se celebraron las Jornadas del Circuito Insular de Teatro y Danza, de las que surgieron una serie de conclusiones para la mejora de esas actividades, aunque aún no se han dado los pasos necesarios por parte de las administraciones para llevarlas a cabo.

Lo cierto es que en Canarias nos encontramos ante un caudal creativo importante al que no se le da salida hacia el público. Además, las administraciones no invierten el dinero del que disponen para cultura y teatro de manera que se faciliten los medios para poder mostrar los espectáculos de todos en todas las islas. Y también hay que señalar el poco dinero que se destina al teatro en Canarias. En 2005, surgió una iniciativa para destinar el 2% de los presupuestos a la cultura, aunque al tratarse de un movimiento instrumentalizado por las administraciones y sin una plasmación clara de hacia dónde dirigir ese 2%, muchos agentes culturales se retrayeron a la hora de apoyar la iniciativa. Y aquí hay que hacer una mención al teatro aficionado, que ha sido, en buena medida, el sustento de este arte en Canarias y que es uno de los pilares necesarios para crear espectadores conocedores y críticos… y futuros profesionales de la actividad. Así, en 2005, nació el Festival de Teatro Amateur Villa de El Sauzal, que emula a municipios como Mogán, en Gran Canaria, y que surge para potenciar este tipo de teatro. Y también debemos destacar en este ámbito la iniciativa de Teatro Aficionado promovida por el Cabildo de Tenerife a través de Ideco para el fomento de la afición al teatro.

Por nuestra especial configuración territorial no es fácil realizar una comparación con otras comunidades autónomas e intentar valorar y pronosticar nuestro futuro teatral. Para que éste sea halagüeño, debemos coordinarnos todos los agentes implicados en la actividad y crear la infraestructura, los mecanismos y el público necesarios para que el teatro pueda mantenerse a través de la afluencia de público, y no subvencionado y de forma artificial. Con el potencial artístico que poseemos, no debería resultarnos complicado llegar a ser un referente a escala nacional.

Medalla de oro de Canarias para la escuela de actores

En 2005 se le concedió a la Escuela de Actores de Canarias la Medalla de Oro de Canarias, distinción que debe enorgullecer a todos los amantes del teatro en las islas. Esta institución, que otorga un título oficial avalado por el Gobierno de Canarias, forma únicamente a actores y actrices, olvidando los otros campos del teatro tan importantes como los de la actuación. A mi modo de ver, esta institución debe intentar abrirse más a la sociedad, para, como institución docente, llegar a más gente y crear la semilla, no sólo de nuevos actores y actrices, sino de un público más formado y crítico. Esta labor también la ejercen las escuelas de teatro, tanto las municipales como las insulares. El caso más significativo es el de las escuelas de teatro de Tenerife, gestionadas por Ideco (empresa del Cabildo tinerfeño), que inicia a niños, jóvenes y adultos en el mundo del teatro.

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