El turismo supone un tercio del PIB en Canarias y sin embargo es, paradójicamente, un desconocido para gran parte de nuestra sociedad, que hace usos de algunos tópicos no demostrados: “Canarias recibe un turismo barato”, “el modelo de sol y playa está agotado”, “las formas alternativas de turismo son la panacea”, “la oferta turística es de baja calidad”…. Pero lo importante es darse cuenta de que el turismo es una actividad trasversal que afecta al conjunto de la economía, a la sociedad y al medio ambiente.
La actividad turística está inmersa en un periodo de cambios, con las dificultades y oportunidades que acompañan a todo proceso de transformación. El estudio de las principales tendencias del sector turístico canario se puede basar en el análisis de la posición que ocupa este sector con respecto al contexto internacional y a las nuevas tendencias del mercado. Desde 1998 hasta la actualidad el número de turistas extranjeros se ha movido entre lo nueve y diez millones (salvo 2001, donde se superó esta cifra), por encima de Baleares y siendo únicamente superada por Cataluña.
La dinámica del turismo en Canarias en las últimas décadas ha sido de gran crecimiento registrándose tasas de crecimiento más elevadas que en el resto del mundo, lo cual le ha permitido a Canarias ir ganando cuota de mercado. Para corroborar esta afirmación, unos datos significativos. Entre 1980 y 2004, el crecimiento anual acumulado de las llegadas de turistas extranjeros a las Islas fue del 7,8% frente a un 4,2% a nivel mundial y un 3,4% para el caso de los visitantes extranjeros en España. Por tanto, el turismo receptivo se multiplica por más de cinco entre 1988 y 2004, pasando de tener una cuota de mercado mundial del 0,54% al 1,24%.
Sin embargo, a partir de 1999 el crecimiento medio anual de las llegadas a España y en el mundo se mantiene en torno al 3%… mientras que en Canarias se produce una caída en las llegadas, lo que ha ocasionado una disminución de la cuota en el mercado receptivo mundial desde un máximo de 1,51% hasta el 1,24% antes mencionado, correspondiente a 2004. La importancia de Canarias en el mercado turístico va estrechamente ligada al mercado británico y al alemán, que ocupan el segundo y el tercer lugar, respectivamente, como mercado emisores según el nivel de gasto.
Si bien el turismo receptor alemán en Canarias está estancado desde mediados de los noventa, situándose en el 4% en el 2003, el crecimiento del turismo de origen británico entre 1980 y 2004 se ha venido incrementando a una media de un 10% cada año. De este modo, la cuota de Canarias en el mercado emisor británico se ha venido incrementando desde unas cifras en torno al 2% a principios de los ochenta hasta estabilizarse en torno al seis o siete por ciento durante el último decenio. En el 2004 esta cuota estaba en el 6,1%, bastante inferior al 6,8% de 2001 y al máximo histórico de 6,9% alcanzado en 1994.
Ingresos por turismo
Otro dato importante a tener en cuenta es el que hace referencia a los ingresos turísticos. En términos de gasto medio por turista y día, son Canarias, Madrid y Baleares, por este orden, las comunidades que mayores cifras alcanzan. El gasto de los turistas que llegan a Canarias se realiza en gran medida en origen (60,57% en 2004, según el Isaac) y ello es debido básicamente por dos razones: por el mayor coste del transporte y por el alto grado de organización del mercado en tour-operadores. Como consecuencia, el gasto diario realizado en Canarias es de los más bajos entre las Comunidades Autónomas.
Los ingresos por turismo en Canarias se apoyan en la adquisición de paquetes turísticos a los tour-operadores en origen. La apreciación del euro y el incremento de la oferta en muchas zonas competidoras han erosionado la competitividad de los paquetes turísticos hacia Canarias, reflejándose en el precio de los mismos. El turismo de sol y playa en el que Canarias está especializada es el más importante en el mercado turístico internacional y europeo. Sin embargo, es también el que tiene unas perspectivas de crecimiento menos positivas. Por ello, Canarias tendrá que hacer un esfuerzo para mantener su cuota de mercado, así como diversificarse hacia productos complementarios con mayor potencial de crecimiento de la afluencia y del gasto.
El turismo rural ha experimentado un crecimiento importante en los últimos años en Canarias. Sin embargo su capacidad para mantener tasas elevadas de ocupación y de rentabilidad ha sido modesta. Por otro lado, el turismo de cruceros ha tenido tradicionalmente una relevancia menor en Canarias en comparación con otros destinos y las causas pueden ser diversas (inexistencia de zonas atractivas próximas, lejanía con respecto a los grandes circuitos internacionales, etc). No obstante, en los últimos años se ha incrementado sensiblemente esta actividad.
Si nos centramos en 2005, Canarias cierra el año manteniendo casi el mismo número de turistas extranjeros que en el ejercicio anterior, que, sin embargo, se ve compensado con el incremento de españoles alojados (más de un 5% durante 2005). En total, de enero a diciembre de 2005, Canarias recibió 9.276.963 turistas extranjeros, lo que supone un descenso del 1,5% respecto al 2004. Por islas, Tenerife vio llegar a 3.4432.787 turistas, registrándose una disminución del 0,41%. En Gran Canaria, el año 2005 registró un total de 2.708.140 entradas de visitantes extranjeros, un 2,23% menos que en el año 2004. La disminución fue mayor en Lanzarote (4,64%), mientras que el número de turistas extranjeros creció en Fuerteventura (0,29%) y, sobre todo, La Palma (3,40%).
Estancia, valoración, ocupación
Si se centra ahora nuestro análisis en tres variables como son la estancia media en establecimientos hoteleros, el índice de ocupación en establecimientos hoteleros y la valoración que hacen los hoteleros sobre su actividad, podemos afirmar que la estancia media de los turistas se ha ido reduciendo paulatinamente desde los 8,8 días que por términos medio permanecían en Canarias en 1996 hasta los 7,9 días que fue la media para el 2005. Por otro lado, el índice de ocupación también ha venido reduciéndose en los últimos años desde que en 1999 se superaron todas las expectativas con una ocupación hotelera del 83,1%, hasta situarnos en el año 2005 en torno al 75,8%.
En cuanto a la valoración que hacen los hoteleros de su actividad para el cuarto trimestre de 2005, el 42,3% de los mismos afirma que fue buena, aunque también es alto el porcentaje (39,2%) los que la valoran como regular. Llegado a este punto si sería conveniente hacer algunas reflexiones:
- Actualmente es más importante ver qué nos dejan los turistas o como favorecen al desarrollo de la región, que centrarnos sólo en el número de visitantes.
- Dado el nivel de madurez a que se ha llegado en el destino y la sobreoferta existente, aparece el riesgo de la reducción de márgenes que al final repercutirán en el valor del producto turístico.
- No se deben confundir el volumen de entradas con la rentabilidad.
- Tenemos que seguir apostando por el turismo de sol y playa, intentando mejorar la calidad del servicio con la finalidad de diferenciarnos de nuestros competidores.
- Se deben potenciar los productos alternativos al turismo de sol y playa como generador de rentas complementarias.
- Se debe apostar por una mejora en la formación de las personas que trabajan en el sector turístico como elemento diferenciador.
- Se debe hacer una apuesta decidida por la innovación en el sector turístico.