El pasado curso fue un año de cambios para las universidades canarias, con la presencia de nuevos equipos rectorales tanto en la institución lagunera como en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, dirigidos por Eduardo Doménech y José Regidor, respectivamente. Y en ambos casos, con un reto importante por delante: la integración en el Espacio Europeo de Educación Superior, que deberá culminar en 2010.
Entender los acontecimientos que se sucedieron en la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria a lo largo del pasado año exige hacer un repaso de la situación previa, antes de las elecciones del pasado 21 de marzo, cuando ocupaba el cargo de rector Manuel Lobo. El historiador, que se mantuvo en el puesto durante ocho años, será recordado, sobre todo, por haber llevado el orden a los procedimientos internos de la institución. Se encargó de desarrollar toda la normativa y la reglamentación que su antecesor, Francisco Rubio Royo, en su empeño por sacar la Universidad adelante, tuvo que dejar a veces en un segundo plano. Lobo supo entender que sentar esas bases era el primer paso para cualquier desarrollo futuro y dejó sin duda una institución saneada que hoy puede concentrarse en otras metas mas ambiciosas. Aunque también supo ver, y en eso sí fue ambicioso, la importancia de la teleformación.
La Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC) es hoy por hoy líder en ese campo de la teleformación. Puede presumir de tener la lista más amplia de titulaciones oficiales a través de internet de todo el país; y el apoyo que presta el Campus Virtual a la formación presencial, nada tiene que envidiar al de las universidades europeas mas avanzadas. En la línea que marcan los acuerdos de Bolonia, la ULPG dio el primer giro de timón hacia una mayor implicación del alumno en sus estudios diarios con esta herramienta; con ella, hoy los estudiantes no sólo chatean con sus profesores, se bajan los apuntes de internet o se enteran de sus notas con un solo click, sino que ya se preparan para realizar también aquí sus ejercicios, por ejemplo. Una época, la de Lobo, de paz universitaria también, con la excepción del conflicto que mantuvo con el profesorado, que reclamaba el pago de complementos retributivos.
Llegaron a negociarse, aunque hay que recordar que los docentes protagonizaron varias jornadas de huelga a las que Lobo puso fin el día que empezó a descontarlas del sueldo de los participantes, algo que sucedía por primera vez en la ULPGC. Claro que, no todo fueron logros en la era Lobo. Y el hecho de que a las últimas elecciones se presentaran cinco candidatos esta relacionado, en realidad, con alguno de sus fracasos. Y es que para muchos, esa aparente paz universitaria, no era sino fruto del rígido control con el que Lobo decidió gestionar la institución. Un amplio sector de la comunidad universitaria sentía que el rector ni contaba ni escuchaba siquiera otras opiniones sobre ningún asunto. De hecho, los Consejos de Gobierno se resolvían en tiempo récord. La exigencia de una mayor participación de todos los sectores y miembros de la comunidad universitaria se fue convirtiendo en clamor por los pasillos de la Universidad, y en marzo se presentó la ocasión de resolver esa situación.
Elecciones rectorales y Lobo, metido ya en aventuras políticas, no vuelve a optar al cargo. Hasta cinco candidatos se presentaron a la pugna; y todos, salvo Olenka Bolívar, centraron sus promesas electorales en la ansiada apertura de la Universidad. Así, el slogan de campaña de Pablo Martell rezaba Porque juntos sumamos; Santiago Hernández se presento bajo el lema El momento del cambio; José Regidor, con Una Universidad para todos, no pudo ser mas explicito; y Jesús Pérez Peña eligió Por una universidad europea gestionada desde la independencia. La única excepción, decíamos, la de Olenka Bolívar, una de las dos candidatas que salio del equipo de Lobo, en el que era vicerrectora, pero la única a la que éste brindo su apoyo de manera explicita. Su slogan: Por la universidad que tú quieres.
Mientras las candidaturas se iban desgranando poco a poco, y pasaban del secreto a voces a la confirmación oficial, surgieron los rumores de que Lobo planeaba dar el salto a la política de la mano de Coalición Canaria, cuya sombra siempre planeó sobre la Universidad. Justo es decir que, el hecho de que los responsables del partido se demoraran tanto en anunciar la candidatura del rector al Cabildo de Gran Canaria no favoreció en absoluto a la ULPGC. Se habló de ello durante meses, pero la confirmación no llegó hasta poco antes de las elecciones al rectorado. Y la institución universitaria no es amiga de intervencionismos políticos, y menos de que su rector este ligado de ese modo a un partido. Quien también resultó probablemente perjudicado por esa asociación fue Pablo Martell. Vicerrector también de Lobo, a pesar de que no contaba con su apoyo, intentó dejar claro el carácter independiente de su candidatura, pero no obtuvo los resultados que pronosticaban las quinielas y que merecía, por no desprenderse de ese cordón que tampoco podía hacer desaparecer.
El día de la inscripción oficial de las candidaturas se produjeron los primeros encuentros entre los cinco rivales que, dada la cantidad, y a pesar de que intentaron escalonar su llegada al registro, no pudieron evitar cruzarse unos con otros, dando lugar, cuanto menos, a simpáticas estampas. Y a nada más, por otro lado. Porque la campaña electoral fue, desde el primero al último día, un ejemplo de lo que debe ser una pugna entre catedráticos y en el seno de la que es su casa y se deben respeto. Todos supieron guardar las formas y mantener un tono amable en sus discursos, mas centrados en tratar de difundir su programa entre los miembros de la Universidad que en atacar al contrario… algo que no debería ser digno siquiera de mención, pero que en los tiempos que corren no se ve con frecuencia.
Jornadas repletas de actos, entrevistas e incluso debates a cinco bandas que consiguieron movilizar a un sector más amplio de lo habitual. Y siempre, con las promesas de cambio y apertura por delante. La cita con las urnas llegó el 21 de marzo y, como decíamos, contra pronóstico, Martell quedo descolgado ya en la primera vuelta, en la que se impusieron Regidor y Hernández, pero ninguno con la mayoría necesaria para evitar la segunda vuelta. En el caso de Hernández, decano de la Facultad de Ciencias del Mar, repetía experiencia, puesto que ya se batió contra Lobo en las elecciones anteriores. Lideraba quizás el sector más crítico con el equipo saliente y puso toda la carne en el asador, pero finalmente, el 28 de marzo, se impuso el talante algo más sereno de Regidor, quien obtuvo el 59% de los votos. Prometió centrar sus esfuerzos en garantizar la entrada de la Universidad en el Espacio Europeo de Educación Superior y en eso anda desde entonces; porque ahora existe un baremo objetivo que juzgara el éxito o el fracaso de su equipo. Y está en ese horizonte de 2010.