Gran Canaria afrontará en los próximos años una verdadera transformación, siendo la más destacada la que se realizará en sus comunicaciones terrestres con la ejecución de diversas obras viarias, algunas ya comenzadas, que rediseñarán el mapa insular, mejorarán sus carreteras y acercará a municipios como La Aldea –“una isla dentro de una isla”, como lo definen los aldeanos– a la capital grancanaria y a la zona turística.
La creación del tren hacia el Sur, con 11 paradas iniciales; la tercera pista del Aeropuerto de Gando, con la desaparición de un barrio de 5.000 vecinos incluida; o la construcción de una segunda cárcel, polémica desde los trabajos de movimientos de tierra son, junto al ya citado corredor de La Aldea, los grandes ejes de la futura transformación de Gran Canaria.
Carreteras. La mejora de los transportes terrestres en Gran Canaria es el mayor desafío al que se enfrenta la Isla en los próximos años. La tan esperada y reclamada carretera desde El Risco de Agaete hasta La Aldea de San Nicolás de Tolentino, que aún no ha sido licitada, parte con un presupuesto que supera los 100 millones de euros y su construcción sería el fin del aislamiento del municipio tomatero. Otra obra de gran importancia para el norte grancanario es la vía Pagador-Guía, ya en ejecución y que cuesta 53 millones de euros. Se terminará, si se cumplen los plazos y se resuelven los fallos judiciales, después del verano de 2009. Es considerada, junto a la cuarta fase de la circunvalación de Las Palmas de Gran Canaria (llega hasta el municipio Arucas) y otras carreteras de acceso a municipios norteños, una obra fundamental para evitar los grandes atascos en el acceso a la capital.
Además, también en el norte, los vecinos de Firgas siguen a la espera de que tanto Cabildo como Gobierno de Canarias consideren de interés y liciten las obras de una carretera de circunvalación entre el municipio y la costa, a fin de evitar los multitudinarios atascos que se producen especialmente en horarios matinales para acudir al trabajo y que colapsan zonas como La Goleta. Otra obra, pendiente de licitación es el tramo viario entre Puerto Rico a Mogán, también exigido por el Sur para mejorar las comunicaciones en la zona, que asimismo se atasca los fines de semana con la llegada de miles de turistas y vecinos a las playas del municipio. Por último, igual de importante es la mejora en la carretera de acceso desde Las Palmas a Santa Brígida que evitará el tapón que sufren a diario unos 8.000 vehículos en la rotonda de Bandama y que deberá estar finalizada en abril de 2009.
El tren. La implantación del tren en Gran Canaria supone poder contar con un sistema complementario al de la carretera que en la Isla es monopolizado por el coche privado en una proporción de seis desplazamientos frente a uno del transporte público (guaguas y taxis). La línea ferroviaria posibilitará una regularidad del servicio al garantizar su recorrido en tiempo determinado, así como el elevado nivel de comodidad que ofrece al usuario.
La propuesta inicial prevé instalar un primer recorrido entre la capital y el Sur, con once paradas, cuyo coste ascendería a más de 1.000 millones y que tendría 14,3 millones de viajeros en su primer año de funcionamiento, previsto para 2016. El Cabildo Insular ha anunciado un segundo recorrido entre la capital y Arucas, aunque es posible, si las condiciones y los estudios a realizar lo permiten, que siguiera hasta Agaete.
El Aeropuerto. En otro ámbito, la construcción de una tercera pista para el Aeropuerto de Gran Canaria y de un parque aeroportuario provoca desde hace más de cinco años mucha incertidumbre entre las mil familias del populoso barrio teldense de Ojos de Garza y las zonas limítrofes, que se verán obligadas a la expropiación. La situación es más angustiosa para aquellos vecinos de Ojos de Garza que llevan casi medio siglo viviendo en el barrio y que se han construido sus casas a su gusto.
La creación de una nueva pista ha provocado crispación entre algunos afectados, además del temor de que el proyecto no se haga nunca realidad por la millonaria inversión que supondrá. Porque hablamos de arrasar un barrio con unos 5.000 habitantes, construir otro con los mismos servicios que el derruido, hacer la tercera pista y trasladar un tramo de la GC-1 (el que va entre los cruces de Gando y de Carrizal) al interior y a la altura de la antigua carretera que une Ingenio con Telde. Mientras, otros vecinos confían en que mejorará su nivel de vida con el nuevo barrio y los duplex que se construirán. Una plataforma vecinal representa a todos los afectados y se enfrenta a las administraciones para conseguir el mayor beneficio para ellos.
La segunda cárcel. Otra infraestructura de gran importancia para Gran Canaria, tanto por su función como por la agria polémica que ha desatado entre los vecinos de Castillo del Romeral y Juan Grande, es la segunda cárcel de la Isla, que se ubicará en la zona conocida como Llano de Juan Grande (San Bartolomé de Tirajana). La obra, ya licitada, costará 72,5 millones de euros y debe ser ejecutada en un plazo de 24 meses. Desde que se inició el movimiento de tierras ya hubo enfrentamientos entre vecinos y autoridades, con duras acusaciones de la plataforma vecinal contra el ministerio de Interior por una supuesta irregularidad del Estado al ejecutar los trabajos sin tener la licencia del Ayuntamiento ni del Gobierno regional, propietario de los terrenos.
Tras varias semanas de reproches mutuos, el Ejecutivo canario concedió el terreno donde se ubicará la prisión. Su construcción es considerada perjudicial para el turismo por los vecinos por su impacto visual y porque dicen estar hartos de que en Juan Grande se coloquen todas las infraestructuras molestas (vertedero insular, regasificadora de gas en la costa, futura planta de eliminación de residuos químicos). En cambio, Interior desmiente el impacto visual negativo porque se instalará en una zona alejada de la carretera y con un denominado frente arbóreo (se plantarán árboles para evitar su visión) y recuerda que hay más de 1.000 reclusos canarios en la Península y que la cárcel de Salto del Negro alberga más del doble de los presos para la que fue construida.
Agradecimiento: La sección de Gran Canaria de la redacción de La Provincia/Diario de Las Palmas me ha ayudado a elaborar este artículo, con el aparte del redactor desde sus competencias y teniendo en cuenta los temas que manejan día a día.
El Sureste, ejemplo de desarrollo sostenible
La Mancomunidad Intermunicipal del Sureste, integrada por los municipios de Santa Lucía, Ingenio y Agüimes, ha puesto en marcha un Plan de acción para la conversión del Sureste en un ejemplo mundial de desarrollo sostenible. El Plan, que está diseñado para los próximos quince años, incluye complejos residenciales bioclimáticos y autosostenibles, una ingeniópolis, invernaderos autosostenibles, centros de profesionales, centros internacionales de investigación de energía y agua, museos de la energía y el agua, escuelas del mundo o centros cívicos entre otras propuestas. Su presupuesto supera los cien millones de euros y pretende crear 200 empresas, con 650 puestos de empleos directos a través de sus diferentes proyectos más otros 500 empleos indirectos. El Sureste ya ha sido reconocido no sólo en España sino en el mundo, recibiendo premios de comarca sostenible. Su potencial en energías renovables es tal que podría abastecer a través de parques eólicos y solares las tres cuartas partes del consumo eléctrico de toda Gran Canaria. Así, sus actuaciones aspiran a reducir el gasto energético dependiente del exterior. Sus 120.000 habitantes también disponen de un puerto, en Arinaga, paralizado por la polémica de la construcción o no de la planta de gas en tierra, cuyo fin principal sigue siendo el comercio de mercancías, su proyección a África, y de pasajeros con la isla de Fuerteventura. La comarca cuenta con la principal zona industrial de Canarias, con 700 empresas y más de 6.000 empleos, y tiene pendiente la construcción de un centro sociosanitario con carácter hospitalario.
