La crisis económica ha afectado gravemente a la industria del automóvil. En Canarias, un mercado de características especiales, el descenso en el número de matriculaciones y la pérdida de puestos de trabajo en el sector del motor ha sido más importante que a nivel nacional. Pero no todo es negativo en este 2008. Los números de accidentes y de víctimas han sido sensiblemente inferiores a los de años anteriores.
La caída en las ventas de automóviles en 2008 ronda el 40 por ciento en ambas provincias. En los diez primeros meses del año, y en cuanto a particulares, en la provincia de Las Palmas se habían registrado sólo 11.472 matriculaciones de turismos y todoterrenos, lo que suponía un descenso de un 36 respecto al mismo periodo de 2007. Respecto al acumulado de particulares en la provincia occidental, la caída era de un 35 por ciento, con 11.301 matriculaciones. En el caso del acumulado en las empresas, ambas provincias habían registrado una caída inferior respecto a 2007, pero cercana al 28 por ciento en la provincia de Santa Cruz de Tenerife y un 18 en las islas orientales. Y respecto a los vehículos de alquiler, Las Palmas sufría una caída de un 47 por ciento, por un 32 por ciento de la provincia hermana.
Esta bajada responde, en gran parte, a la política de restricción crediticia y la consecuencia de los altos índices de endeudamiento motivados por los altos tipos de interés vigentes en relación a las deudas familiares y de empresa. Y los augurios para el año 2009 son también negativos. La respuesta de la patronal Fredica (Federación Regional Canaria de Empresarios Importadores y Concesionarios de Automóviles) fue la presentación de una iniciativa llamada Ecoplan, un programa de renovación del parque automovilístico destinado a turismos, vehículos industriales, vehículos de dos ruedas y todoterrenos, siempre y cuando se adquiera un vehículo nuevo o seminuevo de hasta cinco años de antigüedad.
Y es que según datos de la patronal, en las Islas se consumen alrededor de 700 millones de litros de gasolina cada año y unos 620 millones de litros de gasoil. Conforme a estos datos, la federación resalta que si en el Archipiélago se clasifica el tipo de combustible, se obtiene que el 80 por ciento del parque de turismos consume gasolina. Y estos vehículos, recorriendo al día 20 kilómetros, consumirían unos 162 millones de litros anuales, por lo que, con una reducción de consumo del 30 por ciento, se podrían ahorrar hasta 48,6 millones de litros al año. En cualquier caso, lo cierto es que el Ecoplan se presentó al Gobierno de Canarias, pero quedó aparcado.
Tráfico: menos accidentes
La crisis del sector del automóvil tiene su lado bueno. Así, según datos de la Dirección General de Tráfico, a falta del cierre definitivo del año, en 2008 ha bajado el número de accidentes de tráfico y de muertes en la carretera alrededor de un 20 por ciento. Y en Canarias, esta disminución es de 35 puntos, siendo Tenerife la isla que mayor número de incidencias registra. Las obras en las vías, con las consiguientes retenciones de tráfico y choques en cadena, son las razones fundamentales que explican esa mayor siniestralidad en Tenerife, cuyas áreas más conflictivas son desde Las Caletillas a Santa Cruz y desde Los Rodeos a la capital, así como en la TF-5 a la altura de El Sauzal… aunque la Vía de Ronda, a su paso por La Verdellada, es el punto negro con mayor siniestralidad de Canarias y el octavo a nivel nacional. En Gran Canaria, los puntos más conflictivos son la circunvalación de Las Palmas de Gran Canaria, la entrada a Jinámar y la zona del aeropuerto de Gando.
En cualquier caso, responsables de la Guardia Civil han destacado que en 2007 Tenerife padeció casi el sesenta por ciento de los accidentes de tráfico ocurridos en las Islas, en una contabilidad que a efectos estadísticos computa también en la isla capitalina los siniestros producidos en La Gomera y El Hierro, islas donde no hay presencia de la Guardia Civil de Tráfico. En todo caso, pese al ligerísimo repunte producido en 2007, el número de fallecidos en las carreteras canarias se ha reducido a la mitad en una década y la tendencia apunta a una reducción cada vez mayor en las cifras de víctimas.