La sociedad majorera ha sufrido durante el 2008 el impacto de la crisis económica internacional con una virulencia especial, relacionada con las singularidades de nuestro desarrollo reciente. Venimos de registrar altos índices de crecimiento económico y poblacional, hasta el punto de que en pocos años nuestra isla ha duplicado su número de habitantes. Y este altísimo crecimiento poblacional, sin parangón alguno en la Unión Europea, es algo que, por poner sólo un ejemplo que sirva de referencia, en otras islas tardó más de un siglo en producirse.
Es cierto que este desarrollo ha traído bienestar a nuestra sociedad. Pero estos cambios han generado también desequilibrios por el rápido aumento de la demanda de servicios y el impacto territorial provocado. En este panorama, no obstante, tenemos herramientas que debemos saber aplicar para conseguir una mejor respuesta a la situación actual. Así, durante el año 2008 hemos avanzando en la tarea de poner en valor nuestros recursos turísticos, invirtiendo en infraestructuras, equipamientos y servicios. Además, hemos mejorado la formación del sector profesional y se han desarrollado iniciativas tendentes a extender la concienciación ciudadana sobre la importancia que tiene la actividad turística en nuestra economía.
Asimismo, trabajamos en la mejora de nuestra relación con los mercados emisores, la apertura de nuevos mercados y la diversificación de la oferta que se le presenta al potencial visitante, así como los canales de comunicación para hacer llegar la misma. El complemento a esta labor reside en la gestión del territorio, donde trabajamos para extender la concienciación sobre la importancia que tiene su conservación, entendida además como un valor añadido para nuestra oferta turística.
Este mismo criterio turístico es aplicable a otros sectores como el primario, donde además de trabajar para el abaratamiento de costes en agua, alimentos para el ganado y otros aspectos, tratamos de introducir una mejor relación con las necesidades y las posibilidades que presenta la actividad turística. Y también hay otras líneas de gestión claves que están relacionadas con las necesidades que genera nuestra economía turística: energías renovables, política de gestión de residuos, aumento en la producción de agua desalada y redes de distribución por toda la isla…
Todo ello, porque en el Cabildo de Fuerteventura partimos de la idea de que la economía turística tiene que reforzar su peso ante situaciones de crisis económica, impulsando nuestra potencialidades y centrándonos en la mejora de parámetros asociados a la rentabilidad en destino y la ocupación media. Esas han sido claves determinantes durante 2008 y lo tendrán que seguir siendo en este 2009 que ahora comienza.