Señales para el optimismo

Trabajamos para hacer de la sostenibilidad medioambiental un valor de primer orden y del turismo un ejemplo en cuanto a su preservación mediante la aplicación de un modelo que siga como directrices una oferta diferenciada de calidad, más competitiva y más adaptada a la demanda.

Lanzarote no es ajena a la crisis económica mundial que vivimos. Sin embargo, tras este año y medio de responsabilidades en la gestión de la política insular, no puedo más que mostrar mi optimismo ante las señales que percibimos y que nos indican que vienen tiempos mejores y con más oportunidades. Durante este periodo de estabilidad política insular, hemos tenido la oportunidad de encauzar lo que creemos es lo prioritario para ayudar a nuestros vecinos a salir de este bache en el que nos encontramos. Las políticas puestas en marcha y con las que continuaremos trabajando están centradas, en primer lugar, en las políticas sociales que aseguren los servicios básicos de atención a las personas y, por supuesto, en la reactivación y potenciación de nuestro principal motor económico, el turismo; en una decidida y firme apuesta por la sostenibilidad; y en favorecer la inversión externa y con ella la creación de puestos de trabajo, dinamizando los diferentes sectores productivos de nuestro territorio.

La importancia del turismo en Lanzarote trasciende más allá del propio sector dado que su productividad permite producir actividad y generación de riqueza en otros sectores, lo que redunda, sin duda alguna, en el fortalecimiento de la competitividad de nuestra economía. Por ello, el Cabildo de Lanzarote se ha centrado en este último mandato en la competitividad, siendo uno de los principales retos a los que se enfrenta el sector turístico en el siglo XXI. El otro es la sostenibilidad. Es necesario impulsar los valores económicos, sociales y medioambientales que dan significado a la sostenibilidad, que no es patrimonio de nadie porque el futuro de nuestro territorio no entiende de banderas ni de colores que no sea la que porte toda la ciudadanía de Lanzarote, sin excepciones. No se debe secuestrar el debate sobre nuestro modelo futuro de crecimiento como ha ocurrido en el pasado. Y mientras tengamos responsabilidades de Gobierno así seguirá siendo. Apostamos por la mejora de las metodologías y herramientas de participación al debate sobre la planificación turística y su traslación a la ordenación territorial y urbanística.

Por todo ello, este gobierno insular que he presidido durante este último año y medio de legislatura, comprometido con la sostenibilidad, ha impulsado políticas concretas procediendo a la reducción, reutilización y reciclaje de basura, buscando minimizar el uso de recursos y reducir la generación de residuos. Hasta hace un año, una de las principales demandas del sector turístico era el que se abordara la problemática del tratamiento de nuestros residuos que constituían la mayor asignatura pendiente de Lanzarote, Reserva de la Biosfera. Hemos afrontado la problemática del Complejo Medioambiental de Zonzamas haciendo un diagnóstico certero del problema, planificando hasta el año 2030 y con el compromiso de obtener los recursos necesarios para ejecutarlas; demostrando así que era una de nuestras prioridades.

Por otra parte, seguimos trabajando intensamente en el Plan Insular de Ordenación del Territorio, el Plan Hidrológico de Lanzarote, o el Plan Insular de Residuos, cuyos avances han sido publicados para hacer partícipes del mismo a todos los ciudadanos e impulsar su culminación. Así venimos actuando, y así lo continuaremos haciendo para hacer de la sostenibilidad medioambiental un valor de primer orden, y del turismo un ejemplo en cuanto a su preservación mediante la aplicación de un modelo que siga como directrices una oferta diferenciada de calidad, más competitiva y más adaptada a la demanda, y que sea sostenible y territorialmente equilibrado en base a la potencialidad de nuestra isla. Pero quizás, en este momento, nuestro principal compromiso es posibilitar y favorecer la creación de puestos de trabajo, permitir que nuestros ciudadanos tengan las mismas oportunidades. Convencidos de que es el momento para la inversión, trabajamos con el objetivo de garantizar una normativa cada vez más clara, ágil y con la seguridad jurídica que requiere la inversión.

Son medidas adoptadas y encaminadas que seguirán siendo desarrolladas pero, por mi parte, contando con un sector de la población que es clave para entendernos como opción de futuro: los jóvenes. Los tiempos actuales están sujetos a profundos y variados análisis en los que se está poniendo a prueba no solo los modelos de representación de partidos sino el propio sistema. Sabemos que se necesitan cambios profundos en la sociedad y en la manera de relacionarnos, cultural y socialmente, y sabemos también que los jóvenes son los garantes de nuestro futuro, los constructores de las posibilidades y el engrandecimiento de nuestras islas. Tenemos en la actualidad a los jóvenes mejores formados de nuestra historia, los más creativos y los más conscientes de los problemas que se padecen, no sólo en nuestra tierra sino en todos los países del mundo. Eso los convierte en actores válidos para vertebrar Canarias en torno a sus realidades, jóvenes capaces de elaborar un discurso de solidaridad desde el respeto y, sobre todo, capaces de sacar conclusiones acertadas y elaborar propuestas ilusionantes y motivadoras. Me fijo en los jóvenes porque no podemos seguir aplazando el reconocimiento que les debemos, pues son una parte importante de nuestra sociedad, la más capacitada para cambiar el futuro y la que más debe implicarse en ello.

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