Canarias ha cerrado otro año extremadamente exigente desde el punto de vista económico y social. Han sido mucho los sacrificios a los que nos hemos visto abocados por la profundidad de una crisis que entra ya en su sexto año. Ante un adversario de tamaña dimensión –al que debemos combatir no solo con austeridad sino con políticas de crecimiento y empleo- el Gobierno de Canarias se ha vuelto a centrar en la defensa de los servicios públicos esenciales.
Con más brío incluso que en años anteriores, porque las disponibilidades presupuestarias menguaron otra vez, hemos luchado por mantener el carácter público de la sanidad y la educación; por mantener abiertos nuestros colegios y hospitales; por evitar que los canarios paguen por ser atendidos en un consultorio o ser educados en una escuela y por cerrar el paso a cualquier modalidad de copago. Lo conseguimos. A pesar de los recortes impuestos por el Gobierno del Estado en los Presupuestos Generales del Estado; a pesar del déficit que mantenemos en financiación autonómica, Canarias ha logrado preservar estos dos pilares fundamentales de la justicia social.
Sin entrar en el detalle técnico de la evolución presupuestaria de la Comunidad Autónoma, recordemos que Canarias ha sufrido una merma en sus Presupuestos de unos 1.100 millones de euros desde el año 2008. Es decir, hoy en día contamos con 1.100 millones de euros menos para gestionar que hace cinco años. Y eso sólo si hablamos de los Presupuestos. Si a esa cantidad añadimos la pérdida que venimos soportando debido a un sistema de financiación autonómica muy perjudicial –en torno a los 800 millones de euros anuales- nos podremos hacer una idea de la dimensión del reto que hemos tenido que afrontar para cuadrar las cuentas públicas. Con todo, no hemos cerrado ni un colegio, ni un hospital. Y eso ha sido posible gracias a una política económica de contención del gasto muy estricta, que iniciamos ya a finales del año 2007, cuando aparecieron las primeras señales de enfriamiento de la economía.
Canarias ha venido cumpliendo en estos años estrictamente sus deberes en materia de déficit, de deuda y ha hecho las cosas como tenía que hacerlas y cuando tenía que hacerlas. Es indudable que la economía sigue estancada y que las cifras de desempleo en Canarias son muy dolorosas, como también es innegable –los datos están ahí- que la economía canaria experimentó en 2011 un mejor comportamiento que la del conjunto de España y que es bastante probable que el dato de 2012 sea similar (a esta hora aún no tenemos datos macroeconómicos definitivos de cierre de año) o mejor que el del año pasado. ¿Eso significa que en 2013 saldremos de la crisis? No hasta que la economía canaria pueda crear empleo de forma neta. Y a ese empeño dedicaremos todas nuestras fuerzas en los próximos meses.
En este último año ha quedado demostrado que las políticas centradas exclusivamente en la austeridad no son la solución. Necesitamos medidas de estímulo y de crecimiento que permitan la creación de puestos de trabajo y, consecuentemente, de riqueza. El Gobierno que presido intentará con todos los medios a su alcance aplicar la Estrategia para el Crecimiento y el Empleo en Canarias, un documento con el que pretendemos implicar a las administraciones públicas y la iniciativa privada en la generación de empleo a través, fundamentalmente, de la rehabilitación turística.
El turismo y la construcción han sido los dos puntales de la economía canaria; han ido de la mano siempre y han de seguir de la mano, pero en esta ocasión en proyectos relacionados con la rehabilitación, proyectos que nunca supondrán nuevas afecciones al territorio. Se trata, en definitiva, de crear empleo en el sector de la construcción, uno de los pocos que puede generar puestos de trabajo de forma masiva a corto y medio plazo. El binomio que ha proporcionado al Archipiélago cotas de bienestar nunca antes alcanzadas debe recuperar su protagonismo en la economía del Archipiélago y convertirse en la bandera de un proyecto que aspira a la excelencia.
En paralelo, el Gobierno trabará en otras líneas estratégicas, como la reforma de nuestro Régimen Económico y Fiscal (REF), la consolidación de nuestros derechos ante la Unión Europea y la revisión del sistema de financiación autonómica. Una acción abierta a la participación de todos los partidos políticos y agentes económicos y sociales con el objetivo de dar respuestas eficaces a los ciudadanos, especialmente en forma de trabajo. Los sacrificios continuarán este año que ahora empezamos, pero estoy convencido de que Canarias ha sentado las bases para que en 2013 podamos experimentar una mejoría con respecto a años anteriores, tal y como señalan los informes de distintas entidades e institutos de estudios económicos.
