Sequía y (mucho) calor

Desde mediados de la primavera de 2011 hasta noviembre de 2012 el Archipiélago no había sufrido temporales importantes de lluvia o viento como los que padeció, por ejemplo, en febrero de 2010. En los dos últimos años, aunque nuestra percepción pueda ser distinta, los fenómenos meteorológicos adversos más destacables han sido los temporales de mar, las olas de calor y la sequía.

Los últimos temporales de mar que nos han visitado, desde el punto de vista meteorológico, no han sido excesivamente fuertes. El más importante se produjo a finales de agosto de 2011, por una suma de coincidencias que escapaba de la simple predicción meteorológica. Y por ello, en muchos puntos del Archipiélago el mar generó grandes destrozos. Una de las zonas más afectadas fue el barrio costero de San Andrés, en Santa Cruz de Tenerife. El mar saltó la Avenida Marítima, adentrándose en el pueblo unos 80 metros y anegando a su paso varias viviendas, restaurantes, locales comerciales y casi una veintena de vehículos estacionados en la zona. El mal estado de la mar de finales de agosto, con viento y entrada de mar de fondo del sur de unos dos metros de altura, una mar de fondo poco habitual en las Islas, coincidió con dos factores astronómicos que influyen en el tamaño de las mareas: la luna nueva y el equinoccio de otoño. En Gran Canaria, a estas grandes mareas de la luna nueva del equinoccio de otoño se las conoce como mareas del Pino.

Las mayores mareas del año, las pleamares de mayor altura, se producen durante la luna nueva equinoccial, en los equinoccios de primavera y de otoño. Si el estado de la mar es relativamente bueno, veremos entrar las olas tierra adentro un poco más de lo habitual. Si coinciden con mal estado de la mar estas mareas vivas equinocciales siempre generarán algunos problemas, especialmente con presencia de oleaje de mar de fondo del Sur, Sureste o Suroeste, un mar de fondo muy poco habitual en el Archipiélago. Aquí las olas de mar de fondo más frecuentes suele llegar del Norte o del Noroeste, y son peligrosas en la costa cuando superan los 3,5 metros de altura. Cuando el mar de fondo llega desde el Sur conviene tomar precauciones con las olas de más de un metro de altura.

El 16 de diciembre de 2012, también en Tenerife, pero esta vez en el norte, en Bajamar, en San Cristóbal de La Laguna, la mar de fondo del Noroeste, con olas en predicción de 3 a 4 metros de altura, rompió parte de la escollera, el espigón que protege la playa y el paseo marítimo del pueblo. Probablemente, tarde o temprano, y si tenemos en cuenta el cambio climático, más pronto que tarde, el mar volverá a por lo que es suyo. Así lo dicen los viejos pescadores y marineros: “no se le puede ganar terreno al mar”. Eso sí, más importante que los temporales de mar ha sido, y es, la sequía que padece el Archipiélago. Sequía paliada en parte durante el mes de noviembre de 2012, el segundo mes de noviembre más húmedo de los últimos 40 años y unos de los meses con más días de lluvia de los que se tienen registros desde 1945.

Ahora bien, desde el verano de 2011 hasta el mes de octubre de 2012, aunque en algunas zonas podamos pensar lo contrario, apenas ha llovido. De los datos que mes a mes proporciona la Agencia Estatal de Meteorología en su página web sobre el comportamiento meteorológico y el balance hídrico se deduce que, desde junio de 2011 hasta octubre de 2012, el tiempo ha sido cálido y muy seco. Apenas hemos tenido días lluviosos y el déficit de precipitación ha sido de más de un 70% sobre la habitual. La sequía meteorológica es un elemento que forma parte de nuestro clima, y es un riesgo natural climático con innumerables referencias históricas. Siempre han tenido graves efectos en la agricultura, aunque en los últimos años la desalación de agua ha reducido la vulnerabilidad del sector agrícola. Como también ha sucedido en otras ocasiones, en algunas zonas se ha tenido que restringir el consumo humano local de agua. Desde el año 1994 apenas se había recurrido a esta medida. En 1994 se produce en el Archipiélago la sequía más intensa desde que se tienen registros de datos meteorológicos.

Un diciembre muy seco

Las lluvias de noviembre de 2012 dieron paso a uno de los meses de diciembre más secos de los últimos 70 años, a pesar de las chubascos localmente muy fuertes que cayeron el día 24 en el municipio de Teror (en Gran Canaria), en San Juan de la Rambla y especialmente en Los Realejos (ambos en Tenerife). En este último municipio, ubicado en el extremo occidental del Valle de la Orotava, cayeron más de 100 litros de agua por metro cuadrado en apenas seis horas (Estación Aemet Los Realejos, 124 litros; Estación Cabildo de Tenerife Palo Blanco-Los Realejos, 146,1 litros; Estación Cabildo de Tenerife Icod el Alto-Los Realejos, 190,2 litros). Estas precipitaciones, por su pequeña extensión territorial y porque fueron generadas por efectos meteorológicos locales, fueron imposibles de predecir con antelación.

El año 2013 ha empezado también seco y apenas llovió durante el mes de enero. Mientras en la Península y Europa se sucedían los temporales de frío y nieve, aquí, para satisfacción de los turistas que nos visitan, predominaban los días despejados, de ambiente soleado y temperaturas agradables diurnas. Eso sí, las noches y las primeras horas de las mañanas, para los canarios han sido de mucho frío, sobre todo, en los pueblos altos y de medianías.

Además de la sequía, el 2012, para los que nos gusta la meteorología, pasará a la historia por la sucesión de episodios de calor: siete en apenas cuatro meses. No todos estos episodios son considerados, desde el punto de vista técnico, por la Agencia Estatal de Meteorología como “olas de calor”. Ahora bien, lo ocurrido en las Islas, entre mediados de mayo y finales de agosto de 2012, no tiene precedentes conocidos en la historia del Archipiélago. La primera ola de calor la padecimos aún en primavera, en el mes de mayo. Comenzó el día 12 y terminó el 17. En las medianías del sur de las islas las temperaturas máximas superaron los 35ºC, llegando a alcanzar los 40ºC en algunos puntos de Gran Canaria. En esta isla, el calor provoca el día 13 el fallecimiento de dos turistas que realizaban senderismo en distintas excursiones, uno en las medianías del norte y otro en las del sur, en una jornada en la que el Archipiélago se encontraba en situación de alerta por altas temperaturas.

Los canarios tenemos que ser conscientes y educar a nuestros visitantes sobre nuestro clima y la meteorología. Cuando hay olas de calor, episodios de altas temperaturas asociados a tiempo del sur, especialmente en verano, las temperaturas más suaves y frescas (en muchos casos más de 30ºC) se registran en la costa junto al mar. Las temperaturas más altas, de más de 35ºC, las encontramos en las medianías, entre los 500 y los 1500 metros de altitud. Además, las partes medias y altas de los grandes barrancos que surcan las islas de mayor relieve, especialmente en los orientados hacia el Sur y hacia el Oeste, actúan como una especie de caldera. El aire se recalienta en su interior y de forma local las temperaturas superan los 40ºC.

Al calor de mayo le siguieron otros seis episodios de altas temperaturas durante el verano, de varios días de duración y otra vez, con temperaturas máximas de más de 35ºC en gran parte del Archipiélago. Las consecuencias del calor y la sequía que veníamos padeciendo se hicieron patentes durante los graves incendios forestales sufridos por las islas de La Palma, Tenerife y La Gomera. Ya en junio, en un día de tiempo normal veraniego, un conato importante en la isla de Gran Canaria avisó de cómo podría ser el comportamiento del fuego en caso de incendio durante el verano si las condiciones meteorológicas no cambiaban. Desgraciadamente, se cumplieron los peores pronósticos.

A mediados de julio, durante el tercer episodio de calor en apenas dos meses, se producía un conato de incendio en la isla de la Gomera y los dos grandes incendios forestales del Suroeste de Tenerife y Oeste de La Palma. Sin poder dar por extinguidos los fuegos en Tenerife y La Palma, volvemos a tener dos olas de calor con sólo 3-4 días de diferencia entre ellas durante la primera quincena del mes de agosto. En ese intervalo de tiempo se desata el gran incendio forestal de La Gomera, otro en los altos de Mazo, en La Palma, y un incendio forestal de menor envergadura pero gran virulencia por las condiciones meteorológicas reinantes en el Noroeste de Tenerife.

Por primera vez desde la entrada en vigor del Infoca, el Plan Canario de Protección Civil y Atención de Emergencias por Incendio Forestal, las autoridades competentes tienen que activar el nivel 2 de actuación, de forma simultánea en dos islas, durante los incendios registrados en julio en La Palma y Tenerife. Días después se repetiría la misma situación, en los incendios de La Gomera y La Palma, y poco después durante la reactivación del incendio de la Gomera y el del Noroeste de Tenerife. Desde el 2007, cuando comienza mi interés por entender la meteorología asociada a los incendios forestales y mi formación en Protección Civil y Gestión de Emergencias, el nivel de gravedad tipo 2 del INFOCA se ha activado en diez ocasiones. Siete de ellas durante el verano de 2012.

Personalmente espero que situaciones como las vividas este verano, tanto por el calor como por los incendios, no se vuelvan a repetir. Necesitaríamos que lloviera de forma suave y pausada, para recuperar poco a poco el paisaje verde arrasado por el fuego hace unos meses.

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