A la biografía del 2012, en cuanto a artes plásticas se refiere, le cuesta desprenderse de la sombra de la crisis. La actualidad nada tiene que ver con lo pasado pocos años atrás. Entonces, por doquier surgían espacios donde se mostraban propuestas de distinta índole, algunas incluso de dudosos sentido artístico, cuestiones que dejamos al gusto y a los que dicen que saben, especialistas y comisarios.
En los tiempos de bonanza, salas bancarias, fundaciones, museos y galerías de arte competían para llevar a cabo la exposición de mayor calado social. Hoy eso ya es pasado. El cierre del grifo de las subvenciones y ayudas de distinto índole ha frenado también el número de lo expuesto. Lo mejor, ya se muestra fuera de nuestros límites terrestres. Las nuevas construcciones, continentes preparados, restaurados o realizados en algunos casos para tales fines, flotan agarrados a unos fondos adquiridos en el pasado como única tabla de salvación. Casi por arte de magia, han desaparecido los tan maravillosos cursos y master de gestión cultural que prometían formación y trabajo porque parece que ya no hay cultura que gestionar. Las reuniones y mesas redondas de los individuos que hasta ahora movían los hilos de este sector se multiplican en el presente intentando encontrar una solución que finalmente no llega, o por lo menos no se ha hecho notar. No ponemos en duda que la intención de todos estos gestores, políticos y técnicos de la cultura pueda ser buena, pero desde luego está dando pocos resultados. No sabemos si la solución vendrá por la futura Ley del Mecenazgo y Micromecenazgo de la que tanto habla el Gobierno y con la que pretenden afrontar la financiación de la cultura cambiando el modelo que se tenía hasta ahora. Lo que está claro es que ésta puede ser una vía pero, acostumbrados como se estaba a recibir cada cierto tiempo un presupuesto y repartir a su gusto, puede ser una labor que se presente a priori complicada para los supuestos gerentes o gestores que deberán cambiar su modus operandi. En este caso sólo cabe esperar los resultados. Por nuestra parte nos remitimos a unas palabras que en su momento pronunció Albert Einstein y que deja claro nuestra opinión: “No podemos esperar que las cosas cambien si siempre hacemos lo mismo”.
En casa
Nuevamente nos encontramos ante unas páginas en blanco para dar forma a lo acontecido en la plástica artística dentro de nuestro territorio. Un breve paseo por lo más singular o lo que ha causado más expectación el pasado año. Entre las muestras más destacadas de los llamados grandes de la cultura, están las propuestas de la Obra Social de Caja Canarias, que con Durero grabador. Del gótico al Renacimiento y la Retrospectiva de Steve McCurry, acogieron a un importante número de visitantes.
La muestra de Alberto Durero fue una exposición desarrollada en colaboración con la Biblioteca Nacional, integrada por 122 obras en total. Esta muestra trajo por primera vez a Canarias fondos, de los siglos XV y XVI, en los que se recogía el legado de un artista que trascendió las convenciones de su tiempo mostrando además su genialidad creativa, su técnica y, paralelamente, la de algunos artistas de su época. Durero no concibió límites en el arte y no dejó de aportar soluciones técnicas hasta el final de su vida y esto se dejó ver en lo expuesto. Además, esta cita fue un repaso de la trayectoria artística de Durero como grabador, plasmándose su preocupación por el cuerpo humano, sus obras religiosas, o sus trabajos para el emperador Maximiliano.
La Retrospectiva de Steve McCurry por su parte, mostró 101 imágenes del mítico fotógrafo norteamericano que supuso un estudio profundo de cada uno de sus personajes. Los retratos y las fotografías más sublimes que realizó en los últimos 27 años. Vistas de ciudades de arenisca, paisajes montañosos o viejos templos junto a niños, pastores, guerreros o trabajadores.
Desde un cielo imposible, Juan Ismael se dejó ver por medio de sus obras en la Fundación Cristino de Vera. Siguiendo la línea de las exposiciones temporales dedicadas a artistas que guardan ciertos paralelismos con la sensibilidad artística de Cristino de Vera, se nos brindó la oportunidad de revisitar parte de la producción pictórica de uno de los hombres más ensoñadores del panorama artístico canario a través de esta muestra. En ella, descubrimos el universo poético de este prolífico creador que supo orientarse frente a los vientos de cambio que soplaban en el Archipiélago y transitar por los caminos del indigenismo, el surrealismo, la pintura metafísica o el realismo mágico.
Antoni Tàpies también acudió a la cita del 2012 en esta Fundación. La muestra que llevó como título su propio nombre, recogió una selección de pinturas, dibujos y grabados realizados a comienzos de los 70, instando al visitante a descubrir su pasión y fuerza expresiva, su gusto por el signo y el sentido espiritual a través de la utilización de materiales, técnicas y soportes. A su vez, la exposición mostró la relación de este artista y Cristino de Vera.
Otro de los grandes, en cuanto a presupuesto se refiere, es el Área de Cultura del Gobierno de Canarias. En este 2012, lo realizado bajo el paraguas del Septenio, poco dio que hablar. Las propuestas se llevaron a cabo pero el ruido que generó fue casi imperceptible. El Tanque, por su parte, cumplió 15 años. Para este aniversario se reunieron en el lugar, algunas de las personas que a lo largo de este tiempo han estado relacionadas con este espacio expositivo que generó polémicas desde su origen, pero que sobrevive en la actualidad. La muestra consistió en la proyección de imágenes de distintos proyectos que se han realizado estos años en este espacio.
En las dependencias que este mismo organismo tiene en el Museo Municipal de Santa Cruz se sucedieron distintas exposiciones algunas itinerantes, otras colectivas e individuales. Destacar de éstas Fallen Idols, de Vicente López, un recorrido de algunas de las obra de este artista desde el 2000 hasta el 2012, a través de una reflexión pictórica sobre las imágenes y su permanencia.
Por su parte, el Área de Cultura del Ayuntamiento de Santa Cruz, abrió a comienzos del 2012 el plazo para presentar diferentes propuestas expositivas en las diferentes salas que tiene en la capital. Distintos proyectos, unos con más acierto que otros, se abrieron al público mostrando trabajos de diferentes artistas, desde fotografías hasta obras pictóricas pasando también por la escultura. Gélido de Ruiz Ruiz o La soledad de los paisajes lejanos de Felipe Hodgson, son algunas de las muestras que se presentaron.
La Sala del Circulo de Bellas Artes abrió el año con Tempus Fujit. Proceso, Pastiche y Viaje de Ruiz Ruiz a las que se sumaron otras exposiciones como 40 años, 70 días, un viaje de Carlos A. Schwartz o En busca del vacío de Emilio Machado.
Las exposiciones del TEA se han alargado en el tiempo, esto ha hecho que lo expuesto en la temporada del 2012 disminuya en número. Entre las distintas muestras destacar Juegos de Máscaras en la que se nos presentaron los diferentes significados que subyacen bajo las denominadas máscaras. Por un lado, como ritual de liberación, mostrando el lado más cómico y grotesco de la realidad y por otro, como fenómeno simbólico que cuestiona y manipula el orden social existente, las normas y las categorías sociales bajo la inversión simbólica -sexual, de edad, de estatus y de naturaleza.
Además en el TEA, Constelaciones de Walter Benjamin, uno de los filósofos más influyentes en el complejo entramado del pensamiento contemporáneo, a las que se sumaron otras como 532 flores para Las Palmas de Gran Canaria de Fernando Álamo o En Obras, una selección de la Coleção Teixeira de Freitas de Lisboa. En el espacio Área 60, también se sucedieron las propuestas. Destacar entre otras Corpus, de Mónica Sardiña. Con la denominación de Stipo Pranyko, se mostró en este mismo espacio una exposición dedicada por completo a este creador que desde la década de los cincuenta ha desarrollado una intensa actividad artística al servicio de una obra desnuda, solitaria y esencialista, formalmente vinculada al denominado Arte pobre.
Al margen institucional, en las salas de arte o espacios expositivos llamados independientes, hay que destacar su gran esfuerzo para continuar con las puertas abiertas y las paredes cubiertas, sumando muestras a nuestra cultura. A pesar de ello, en el momento en el que escribimos estas líneas nos consta que uno de los espacios más reconocidos de la Isla ya ha colgado el cartel de se alquila. En los otros casos durante el 2012 se continuó en la misma línea de años anteriores sin salirse del guión, pero destacando su continuidad. En la mayoría de estas salas se respiran nuevos aires con diferentes nombres que se suman al panorama expositivo. Entre otras exposiciones, la galería Leyendecker celebró sus treinta y tres años de existencia con una sala dedicada al arte contemporáneo internacional con 33 años después, una hora antes, en la que se exhibieron obras realizadas en los años ochenta por diferentes artistas entre los que encontramos a Curtis Anderson, Gerhard Naschberger, Donald Baechler, Salvo, Peter Schuyff, Jiri Georg Dokoupil o Rob Scholte.
Además, continuaron con su actividad, que no es poco, el Ateneo de La Laguna, Stunt, Dont Panic, Magda Lázaro o Artizar, que contaron con la presencia de artistas como Alexis W, Gervasio Cabrera Ro.Ro o Pamen Pereira entre otros.