Me propone hablar nuestra Asociación de la Prensa de la radio en 2013. Al principio, lo encajas (todo el Mundo me asocia a Radio Nacional de España), luego lo asimilas (es lógico que hable de la radio), más tarde te lo piensas y me digo: “¿Por qué solo en el 2013?”. ¿Y si luego no hacemos anuario el próximo año… me quedo con las ganas de hablar de lo mismo, pero en 2014? Pues va a ser que no. Y he decidido que les hablaré de la radio.
Quiero que se me entienda porque soy sentimental. Si yo hablara solo de la radio en 2013, no tendría más remedio que ceñirme a la desaparición de Diego García Soto, realizador de RNE en Canarias y que nos dejaba al comienzo del verano de 2013. No sería justo porque en ese mismo año han sucedido otras cosas vinculadas al Mundo de las Ondas, pero el adiós de Diego supuso para muchos de nosotros un momento muy triste. Y no me refiero solo a los que trabajamos en su día y siguen currando (¡qué buen término para la situación actual de mis compañeros en esa casa!) porque Dieguito fue amigo, compañero y maestro de gente que trabajó para otras empresas. ¡A ver si alguien me discute esta apreciación! Y aquí solamente se trata de hablar de la radio, de ese medio de comunicación que de vez en cuando algunos entendidos dan por muerta y cuando la ven que sigue viva y coleando no les queda más remedio que callarse.
Los años 2011, 2012, 2013 y 2014 han sido muy duros para profesionales que han intentado por todos los medios mantenerse en el aire. Unos, lo han conseguido (no sé cómo) y otros han desistido. Es verdad que había que ponerle el cascabel al gato en esto de las concesiones de licencias por parte del Gobierno de Canarias, pero hay formas, modelos, actuaciones… de hacerlo. Y no fue precisamente un dechado de virtudes la forma en que se hizo. ¿Había necesidad de una adjudicación que de modelo no tuvo ni la m por la que empieza esta palabra? De aquellos polvos vinieron posteriormente los lodos. ¿Y por qué ocurrió tal situación? Muy simple: en un encargo como éste, el Gobierno de Canarias tendría que haber hilado fino y cuando digo hilado fino me refiero a que el trabajo lo deberían haber hecho personas profesionales y entendidas en la materia que supieran de lo que iba la cosa.
Y haberlas, las había, pero una vez más se optó por presumir de imparcialidad, técnicos en la materia, jurisprudencia… y así un largo etcétera. Y acertaron tan poco, tan poco, que a nadie se le escapa la situación (desaparición) a la que llevaron a varias emisoras que se mantenían con mucho esfuerzo, pero donde sobraba ilusión, profesionalidad, ganas de informar y de trabajar. ¡Joder! Me acabo de percatar que los he dejado a los pies de los caballos. ¡Y qué más da! Si uno dice la verdad, no hay nada que temer. ¿ O sí? ¡Chiquito dilema! Cuando uno tiene su conciencia tranquila y sabe de lo que está hablando, nada hay que temer. Porque profesionalidad e independencia, tanto en prensa escrita como en radio, televisión, digitales, publicaciones de cualquier periodicidad… son las cualidades que debemos mantener los periodistas. Son nuestro patrimonio. Los que llevamos tiempo en esto del mundo de la comunicación lo hemos aprendido (algunos, lógicamente, no, porque siempre se han vendido al sobrecito).
Felices aniversarios
Pero se me olvidaba: me han dicho que hablara de la Radio. Retomamos la cuestión. Radio Nacional de España en Canarias cumplió este 20 de septiembre los 50 años de existencia en las islas. Radio Club Tenerife ha cumplido 80 años. Menciono a estas dos cadenas porque sus aniversarios me dan pie para decirles que en el sector de la Comunicación, como en otros, hay que trabajar en equipo. Y es precisamente este matiz el que lleva al éxito. No siempre se consigue, pero hay que intentarlo. La radio es un trabajo de mucha gente: redactores, locutores, realizadores, técnicos de sonido, técnicos electrónicos, pero también con su parcela administrativa, con sus productores y hasta con las personas que mantienen las emisoras limpias y presentables. Compañerismo, ilusión, ganas de trabajar, capacidad para informar, intentar ofrecer el mejor producto posible al oyente y ¡por supuesto!, que a uno lo dejen ejercer con independencia y ser profesional. Si lo pensamos detenidamente, no es tan difícil de conseguir. Pero algunos
se empeñan en que no sea así.
La radio en Canarias ha dado mucho a la sociedad de nuestras islas. Hemos estado en los buenos y malos momentos. En circunstancias penosas, pero también en momentos de ilusión. Y es que la vida es así: con sus buenos y malos momentos, con sus prisas pero también con momentos de sosiego; con lágrimas, pero también con risas. Nos hemos adaptado al paso de los tiempos, ¡no podía ser de otra manera! Y por esto y por mucho más, la radio sigue existiendo y continúa siendo un medio de referencia y de compañía, especialmente en zonas donde la señal de TV no llega, tanto aquí como en otros lugares de España. La radio sigue estando ahí, donde siempre ha estado, está y estará. No quiero pisar el charco de nombrar a profesionales del medio radiofónico y dejarme en el tintero otros que fueron, son y serán un referente en la sociedad canaria. A todos ellos, nuestro agradecimiento y que sepan que son muchos los que con su voz, su saber hacer y estar, su capacidad de comunicación y su profesionalidad nos han mantenido informados, entretenidos, asombrados, ocupados y hasta nos han enseñado cosas que nunca —de otra forma— podríamos haber logrado.
Gracias, Radio. No solo en 2013. Siempre, desde hace muchos años. ¡Qué sigas estando ahí!