Canarias afrontó y superó el año 2013 —un año difícil, sin duda— con el mismo espíritu con el que se han venido afrontando todos los años desde que comenzó la crisis allá por 2007. Con realismo, sin negar ni ocultar las dificultades, que fueron y siguen siendo muchas. Con responsabilidad, sin descuidar la atención a los que menos tienen, defendiendo los servicios públicos esenciales frente a las políticas de recortes del Estado. Y con rigor en el uso de los recursos públicos, que son también los recursos de todos.
Realismo, responsabilidad y rigor que hicieron posible que 2013 fuera también el año en el que vimos los primeros indicios de que lo peor de la crisis había pasado y de que se iniciaba un tiempo nuevo, un tiempo de recuperación económica que esperamos revierta también en lo que hemos llamado la recuperación social. Porque sin ella, sin recuperación social, no puede haber sitio para la complacencia. No, mientras los buenos datos de la economía no tengan su reflejo en las familias y en la creación de empleo estable y de calidad.
Con todo, el 2013 abrió un camino para la esperanza y el optimismo. Un año en el que hemos seguido consolidando un proceso de reformas estructurales con el objetivo de impulsar la competitividad, dinamizar la economía, mejorar el bienestar de los ciudadanos y garantizar la cohesión social. Una apuesta por un modelo sostenible, equilibrado y justo socialmente. Nuestros esfuerzos se centraron en dos pilares fundamentales: el mantenimiento de los servicios públicos esenciales, sobre todo para aquellos que peor lo están pasando; y el apoyo incondicional a emprendedores, pymes y autónomos, auténticos generadores de actividad y de empleo.
Sin duda, el tirón del turismo fue determinante en la aparición de los primeros buenos datos económicos, no sólo por el récord en el número de visitantes alcanzado durante 2013, sino también por el gasto realizado durante su estancia en el Archipiélago. Un tirón que se vio reforzado e impulsado desde el Gobierno que presido con un intenso trabajo en este sector, y con medidas que están contribuyendo a que Canarias mantenga su posición como líder en el mercado internacional. Son medidas como las contempladas en los planes de modernización turística, creados a partir de la Ley de Medidas Urgentes, y que promueven también la reactivación de otro sector de vital importancia para el Archipiélago, la construcción, pero sin consumir más suelo.
Durante 2013 se pusieron en marcha seis de estos planes de modernización, que permitieron la finalización completa de doce actuaciones de renovación y la licencia de otras 37. Cuando se hayan culminado, se habrán llevado a cabo 18 planes, para los que se habrán movilizado más de 3.000 millones de euros y en los que se habrán implicado entidades financieras y un buen número de empresarios.
En 2013 continuamos también avanzando en la reforma de las administraciones públicas, redistribuyendo las competencias entre los tres niveles de la Administración bajo el principio de eficiencia. Y avanzamos en el objetivo de acercar la administración al ciudadano, aprovechando las ventajas de internet para impulsar la futura ley de Transparencia y Acceso a la Información Pública y el portal de transparencia, que, en último término, son un compromiso de honestidad y visibilidad de la acción pública.
Fue el 2013 también el año en el que los canarios cerramos filas en defensa de la sostenibilidad de nuestro territorio y nuestro mar, en año en que salimos a la calle en defensa de nuestro medio ambiente y nuestra biodiversidad. Y lo hicimos por convicción, por responsabilidad con nuestro entorno, nuestro presente y nuestro futuro. Y también porque defender ese entorno es apostar por el pilar básico de nuestra economía. Durante 2013, y a pesar de la crisis, hemos seguido dando impulso a los mecanismos que contribuyen al desarrollo, la diversificación y la internacionalización de nuestra economía.
Así, emprendimos reformas, como las de nuestro Régimen Económico y Fiscal —garantía de las singularidades de Canarias— y la del Estatuto de Autonomía, o las contenidas en la estrategia 2020, que contribuirán a fortalecer nuestro tejido productivo. Y avanzamos en el objetivo de situar a Canarias en Europa, en África y en América, consolidando al Archipiélago como centro de negocios entre tres continentes. En definitiva, un año complicado, difícil todavía, pero en el que empezamos a ver signos de que lo peor de la crisis ya ha pasado. Y un año también en el que, con esfuerzo y trabajo, hemos conseguido que sea también un tiempo de renovación en el que Canarias ha seguido avanzando en un modelo de crecimiento más equilibrado y sostenible.