La actividad cultural remonta en Canarias de la mano de unos presupuestos más holgados y sensibles con las actividades artísticas.
La crisis económica provocó que la cultura, como forma de expresión, sufriera cambios drásticos, obligó a realizar nuevos enfoques para trabajar de forma transversal en originales formas de intervención cultural, distribución, producción o divulgación y así defender el espacio y la importancia social de la cultura, pero también su economía.
Con mejoras en los presupuestos de las artes, aunque lejos del 2% prometido, la industria cultural en Canarias se recupera, a paso lento y con nuevos objetivos. Entre esos retos está demostrar que la cultura es capaz de animar la economía de las Islas.
Según los datos del último Anuario de la Música en Vivo, elaborado por la Asociación de Promotores Musicales, los 50 festivales más grandes de España reunieron a más de tres millones de personas, y la Asociación de Turismo Musical (Spain Live Music), junto con la SGAE y la Federación Española de Hostelería, lanzaron en este año 2018 la sección FITUR Festivales, argumentando el amplio espectro de mercado que ocupa esta modalidad de viaje en España, que opera con cifras positivas en cuanto a números de asistentes se refiere. Los festivales generan una repercusión significativa sobre la economía de la zona, beneficiando especialmente al sector turístico de la ciudad, a los servicios y a las empresas. Tenerife ha decidido apostar por el patrocinio de festivales y han sido estos eventos los que marcaron los hitos culturales durante 2017.
El cine llegó con sus mejores propuestas, en el que sin duda es uno de los festivales más interesantes y con mejor proyección internacional de Tenerife: el festival de cine documental MiradasDoc. Bajo el lema Antes de inventar el mundo hay que mirar, ofreció un panorama sobre la salud social del planeta a través del cine de realidad, el mercado y la formación. Entre los trabajos presentados, y que además fueron premiados: Piano, de Vita Maria Drygas; El árbol, de Roya Eshraghi; Jonas e o circo sem lona, de Paula Gomes; Os días afogados, de César Souto Vilanova y Luis Avilés Baquero, o la cinta canaria ganadora del Premio a Mejor Documental Canario, Dead slow ahead, de Mauro Herce Mira.
El arte en la calle aterrizó con el Festival Mueca, elegido uno de los mejores eventos culturales de 2017 en las Islas, según la clasificación que elabora en todas las comunidades autónomas el Observatorio de la Fundación Contemporánea. El teatro, el circo, la música, la danza y las artes plásticas tomaron de nuevo las calles de Puerto de la Cruz con 400 artistas de compañías internacionales, nacionales y canarias. Abubukaka fue la encargada de subir el telón, pero destacaron además, Puja! con su obra Quixote, el mimo chileno Karcocha con su espectáculo El coche o la madrileña Yllana y su obra The Primitals.
La música reclamó su protagonismo y la segunda edición de Phe Festival ofreció la oportunidad de compartir un amplio cartel con música indie, rock, dance, urban o electrónica. Phe Festival aunó referencias internacionales y locales, artistas y grupos reconocidos con otros emergentes como Miss Caffeina, Yall, Bejo & dj Pimp, Triángulo de Amor Bizarro, Javiera Mena, Eme Dj, Papaya, The Good Company o Dj Full FX.
También el Festival Internacional Boreal congregó en 2017 a un buen número de seguidores con destacados artistas, como la cantante Ólöf Arnalds, La Vida Bohème, Laura Gibson, la griot Noura MInt Seymali, Niño de Elche o Cremilda Medina y Daisy Pinto.
Fimucité, el gran evento del año
Pero si hablamos de festivales, música y bandas sonoras, hay uno imprescindible, Fimucité. El Festival Internacional de Música de Cine de Tenerife 2017 estuvo dedicado a la música de espada y brujería. La undécima edición contó con el compositor italiano Fabio Frizzi; el sudafricano Trevor Jones, autor de la BSO de El Último Mohicano; Daniel Pemberton, creador de la música de Rey Arturo: La Leyenda de Excalibur, o Atli Örvarsson, compositor de la banda sonora de En Tiempo de Brujas.
La danza o las artes en movimiento tuvieron su punto más álgido de actividad con FAM, el Festival de las Artes en Movimiento. En la edición de 2017 se extendió a ocho municipios estrenando el distintivo F (Festivals for Europe, Europe for Festivals). Ofreció danza contemporánea, pero también múltiples talleres de trabajo con el público, sin olvidar a los más pequeños en FAMKids. Entre sus espectáculos destacan InTarsi, de la Compañía de Circo Eia; We-Ding, de Los Moñekos; Da Capo, de Otradanza; Kokoro, de Lali Auguadé, o el trabajo Ten un romance con tu vida, de Danza en Comunidad.
El circo, el teatro gestural o el mimo fueron protagonistas de la nueva edición del FIC. El Festival Internacional Clownbaret trajo a Tenerife compañías de Rusia, Israel, Portugal o Estados Unidos, que compartieron cartel con las producciones canarias y del resto de España. Destacaron los trabajos Do Not Touch!, de la compañía Aga-Boom; Peter Shub con su espectáculo Soloshow o Godot con Lullaby.
La fotografía jugó un papel primordial en 2017 gracias a Fotonoviembre. En esta ocasión se ofreció la mirada de más de 200 autores de 36 países, a través de 30 exposiciones que se pudieron observar en 11 municipios de la Isla.
Dentro del programa Tenerife 2030, el Cabildo, en colaboración con los ayuntamientos de Santa Cruz de Tenerife y de La Laguna, promovió durante 2017 la creación del Festival de Tenerife, integrado por más de 70 espectáculos. Nació con el objetivo de visibilizar y posicionar el sector de las artes escénicas y la música dentro y fuera de Canarias, y gracias a él, Tenerife contó con exquisitas producciones teatrales como Muñeca de porcelana, protagonizada por José Sacristán y Javier Godino, o La velocidad del otoño, con Lola Herrera y Juanjo Artero.
Terminamos con un mercado con sabor a festival, MAPAS, el gran acontecimiento cultural de 2017 en Tenerife. El Mercado de las Artes Performativas del Atlántico Sur convirtió a Tenerife en capital de la multicultura y en foro de referencia internacional de los creadores de música, teatro, danza y artes circenses del Sur de Europa, América y África. Con éxito de público, más de 15.000 espectadores, y auge de negocio, 2.500 reuniones entre artistas y programadores, MAPAS demostró que Tenerife tiene capacidad para organizar eventos internacionales complejos y ofrecer, tanto a residentes como a visitantes, la oportunidad de disfrutar de una capital rica en acontecimientos culturales.
Lo que falta
A pesar de este abanico de actividades, tal y como diagnosticó el Consejo Canario de la Cultura, queda mucho por hacer y uno de los puntos que más preocupa es el bajo consumo cultural que hay en el archipiélago. Canarias se sitúa en los puestos más bajos, es preciso educar en escuela y en familia, pero también, es indispensable entusiasmar a los adultos, tanto en el consumo como en la práctica de cualquier disciplina cultural para que el consumo de cultura en las islas alcance, como mínimo, la media nacional, pero además, hay que trabajar para evitar la excesiva dependencia de la iniciativa pública y potenciar la todavía delicada industria creativa canaria.
Ahora toca generar propuestas dirigidas a que los tinerfeños integren en sus necesidades vitales hábitos culturales, pensamientos críticos y en definitiva, ofrecerles más herramientas para convivir y construir una sociedad mejor.