Las muertes por violencia de género y los accidentes en la carretera ocupan los principales episodios de la crónica negra de Tenerife.
El año 2017 nos dejó una serie de muertes violentas, alguna de ellas cuando menos sobrecogedora, como fue el fallecimiento en un accidente de tráfico a manos de un supuesto kamikaze de un joven repartidor de pan en Fasnia. Se llamaba Jorge Javier Delgado Díaz, era treintañero y solo llevaba cuatro meses trabajando de repartidor. Los hechos tuvieron lugar en el mes de junio en la TF-1 y provocó también la muerte del otro conductor. El vehículo que iba en sentido contrario era un BMW 330. Su conductor fue identficado como el presunto kamikaze, Mathieu Roger José Deroin, un joven francés de 34 años que colisionó contra una furgoneta Renault Kangoo, la del panadero, que circulaba por el carril derecho, la cual quedó suspendida sobre el guardarraíl derecho de la autopista. Carecía de carné de conducir en el momento del accidente -pues se le había retirado por una sanción vial anterior- y había sido sancionado por un acto de vandalismo cometido en la Isla.
Otra de las muertes que llamó la atención fue la de una joven madre en el mes de noviembre, a dentelladas por su perro en el municipio palmero de Puntallana, concretamente en el barrio de La Camacha. Los hechos tuvieron lugar sobre las 14.00 horas, cuando la víctima, Ruth Barea, de 39 años, se encontraba sola en el domicilio familiar. En un momento determinado y, por causas que se desconocen, el perro atacó a la infortunada víctima, que no pudo defenderse del can. La mujer murió debido a la gravedad de sus lesiones.
Fue un primo de la fallecida, que se acercó a visitar a su familiar, quien descubrió la terrible escena. Esta persona llamó a la Guardia Civil y una pareja del puesto de San Andrés y Sauces fue la primera en llegar. Los agentes ante la agresividad del perro y el peligro que podrían correr sus vidas tuvieron que abrir fuego y abatir al can.
La víctima era vecina de Breña Baja, aunque llevaba viviendo seis meses en el lugar donde ocurrieron los hechos. Dejó cuatro hijos y un compañero sentimental algo más joven, de 36 años. Ruth había trabajado mientras vivió en Breña Alta en diversos convenios municipales. Ahora la pareja se dedicaba a trabajar en un huerto urbano.
Asesinatos y homicidos
Los asesinatos y los homicidios también han estado presentes a lo largo del pasado año. Uno de los que no se ha esclarecido es el de la mujer de 55 años, identificada como A. G. H., y que presentaba el rostro desfigurado a golpes. Al parecer, fue objeto de una agresión sexual cuando estaba en el interior del garaje donde vivía en el barrio capitalino de Añaza.Las muertes por violencia de género ocupan otro de los episodios de la crónica negra de Tenerife. Así, en noviembre un nuevo caso, el cuarto ese año en Canarias, acabó con la vida de una joven médica de nacionalidad cubana, L. H. R., que el día de su muerte habría cumplido 28 años y que dejó un niño de seis años. El crimen ocurrió en el barrio de El Fraile, en Arona.
La cronología del suceso comenzó cuando el agresor, identificado como J. A. P. B., también de nacionalidad cubana, que curiosamente ese día también cumplió años (45) sostuvo una discusión con su esposa en el domicilio que ambos compartían en la calle Tenerife 52, en el piso segundo izquierda, y acabó con su vida, probablemente estrangulándola. A media noche, J. A. P. B. llamó a un sobrino que vivía en Los Cristianos y le confesó lo que había hecho con su esposa y que había huido del lugar. Posteriormente, fue detenido.
En el mes de agosto, en una casa ocupada en el barrio de El Draguillo, en Santa Cruz de Tenerife, falleció Ana Belén G.P., de 38 años a manos de quien fuera su pareja, Andrés H. O., de 39 años, tras propinarle un fuerte golpe en la cabeza con un objeto contundente.
Finalizando el año ocurría otro episodio trágico. En el mes de diciembre una mujer que cuidaba a otra mató a golpes a su compañera de trabajo. Los hechos ocurrieron en una vivienda de la intersección de la calle de La Rosa con Pasaje 2º de Ravina, en pleno corazón de El Toscal. Ambas cuidadoras eran de origen sudamericano. La víctima tenía 50 años y era de origen boliviano.
Otra de las muertes violentas fue la ocurrida entre dos aparcacoches ocurrida en pleno centro de la capital tinerfeña. La pelea entre los dos gorrillas tuvo lugar en el mes de octubre, un viernes por la noche en el entorno de la calle General Gutiérrez en el transcurso de la cual uno de ellos se golpeó en la cabeza al caer en la acera, quedó en coma y falleció dos días después. La Policía detuvo al otro aparcacoches, quien tras declarar ante el juez decretó el ingreso en prisión provisional.
Estadísticas al alza
Por lo que a los índices de criminalidad respecta, las estadísticas ofrecidas por el Gobierno de la Nación nunca coinciden con las que muestra la Fiscalía General del Estado en la presentación del Año Judicial. En 2017, según el Ministerio del Interior, la criminalidad en el conjunto de España creció un 1,7% en el primer trimestre de este año respecto al mismo periodo de 2016, con una cifra total de 496.307 infracciones penales. Sin embargo, en el caso de Canarias el crecimiento fue muy superior a la media nacional, ya que se situó en un incremento del 8,5% con 24.829 casos, según datos del Balance de Criminalidad del Ministerio del Interior.
La criminalidad aumentó, pues, en Canarias un 8,5%, con 24.829 casos. La novedad de este primer balance de 2017 consistió en la incorporación de nuevos indicadores de seguridad, todo ello teniendo en cuenta la modificación implementada por la Oficina Estadística de la Unión Europea. Se trata de una clasificación de delitos basada en conceptos, definiciones y principios convenidos internacionalmente con el fin de mejorar la “coherencia y la comparabilidad internacional de las estadísticas sobre el delito, además de mejorar la capacidad de análisis a nivel nacional e internacional”.
Son los sindicatos policiales y las asociaciones profesionales de la Guardia Civil quienes año tras año vienen reclamando la reposición de las bajas no cubiertas de las distintas plantillas policiales. Solo en guardias civiles se estima en torno a los 300 el número de agentes.
La Unión Federal de Policía (UFP) denuncia que la plantilla actual en Canarias se encuentra cubierta al 85% respecto a la última Relación de Puestos de Trabajo (RPT), que determina que el Archipiélago debe estar dotado con 4.397 agentes de la Policía Nacional. Según los cálculos de este sindicato policial, en las Islas faltarían alrededor de 660 plazas por cubrir. E que fuera delegado del Gobierno en Canarias, Enrique Hernández Bento, admitió que “faltan medios humanos y materiales en ambas plantillas”, y que en la actualidad “se encuentran cubiertas en torno a un 89% la de la Policía Nacional y un 87% la de la Guardia Civil”.
A ello habría que sumarle la falta de medios materiales, tales como los chalecos antibalas y anticorte, en los que en ocasiones la proporción es de uno por cada diez funcionarios, o los kilómetros de los vehículos patrulla, que supera holgadamente los 350.000 en alguno de los casos.
Un último capítulo, sangrante por otra parte, es el elevado número de ahogamientos registrados en el Archipiélago Canario, que cerró el año 2017 con un total de 93 personas fallecidas a causa de ahogamientos, lo que supuso un incremento de 21 óbitos con respecto al año anterior, 2016.
Durante el año pasado se produjeron 157 accidentes en 101 playas, puntos de costa y piscinas de 45 de los 88 municipios de las Islas. Pájara, en Fuerteventura, y Adeje, en Tenerife, constituyeron los principales puntos negros al registrar cinco muertos cada uno. Teguise, en Lanzarote, y Telde, en Gran Canaria, con cuatro ahogados cada uno, son las siguientes localidades en este ranking. La playa majorera de Costa Calma fue la que más víctimas mortales presentó, con tres fallecidos, seguida de la piscina natural de Jóver (Tenerife) y Las Canteras (Gran Canaria), con dos ahogados cada una.