Un buen año literario en Canarias

La industria del libro recupera pulso por cantidad y calidad de las ediciones, así como por la recuperación de festivales literarios.

No fue un mal año para la literatura en Canarias en cuanto a ediciones y presentaciones de libros se refiere, aunque, como viene siendo habitual, 2017 significó también una etapa de nombramientos y ceses de los hombres y mujeres del Gobierno canario que están al frente de Cultura.

Entre los ausentes, entre los que dijeron adiós por el arrebato de la muerte, el pequeño pero agitado universo literario en Canarias enmudeció tras conocer el fallecimiento de la escritora Esther Terrón Montero; la también escritora y catedrática de instituto de Literatura y Lengua Española, Julia Gil, así como de los escritores Laureano de Lorenzo y Juan José Delgado, que meses antes había presentado Los cielos que escalamos y el libro de relatos Cáscara (Baile del sol). Juan José Delgado fue también el protagonista de la revista digital de la Academia Canaria de la Lengua, que incluyó una antología de su obra en verso y prosa al cuidado de Cecilia Domínguez Luis.

No tuvo demasiado eco el 80 aniversario de la violenta desaparición del poeta Domingo López Torres en 1937, ni el 150 aniversario del nacimiento de Secundino Delgado, “el padre del nacionalismo canario”.

El Día de las Letras Canarias lo protagonizó Rafael Arozarena -2018 está dedicado a la escritora Pino Ojeda- y se declaró desierto el Premio Benito Pérez Armas de Novela, aunque no el Pedro García Cabrera de Poesía que obtuvo Jesús Díaz Armas por Umbral de la primera ola y el Premio de Relato Corto Isaac de Vega, que distinguió a Deshojar la margarita, de Ana García García.

Galardones literarios

Al margen de los galardones literarios que concede anualmente la Fundación de CajaCanarias, Pablo Fajardo Juan fue el ganador del concurso Nuevas Escrituras Canarias, con el libro de cuentos Al fondo hay ruido, mientras que la escritora tinerfeña Fátima Martín y la asturiana Ana Rivera Muñiz resultaron premiadas en la XXIX edición del Premio Torrente Ballester en lengua castellana por El ángulo de la bruma y Lo que callan los muertos, respectivamente.

El poeta Pedro Flores (Las Palmas de Gran Canaria, 1968) obtuvo el 28º Premio Nacional de poesía José Hierro por el poemario Coser para la calle.

Caso aparte fue Rayco Pulido, premio Nacional del Cómic 2017 por Lamia, distinción que puso de manifiesto una vez más el excelente número de dibujantes y guionistas de tebeos, colorines, historietas o chistes con que cuenta este Archipiélago tan abandonado de la mano de los dioses.

La Viceconsejería de Cultura del Gobierno de Canarias puso en marcha la colección Biblioteca Atlántica, que bajo la dirección de José Gómez Soliño y Juan-Manuel García Ramos, publica autores de la Macaronesia (Azores, Canarias, Cabo Verde, Madeira e Islas Salvajes) y se presentó también la colección Índice, cuyos tres primeros títulos son Las pequeñas cosas, Nocturno y Hasta mi último aliento, de Paola Tena, Mario Re y Patricia Hidalgo Albín, respectivamente.

Del 11 al 15 de diciembre tuvo lugar la tercera edición del Encuentro de Joven Crítica Canaria y se celebraron con mucho éxito de público los festivales literarios Periplo, dedicado a la literatura de viajes y aventuras en el Puerto de la Cruz, que acogió una nueva edición también de su encuentro bianual dedicado a Agatha Christie; Tenerife Noir y la Feria del Libro, que volvió a celebrarse en las dos capitales canarias con un éxito que edición tras edición va en aumento.

La obra más esperada

Pero si hubo una obra esperada en 2017 fueron las Obras completas de Félix Francisco Casanova (Demipage), en una edición revisada por Francisco Javier Irazoki y prólogo de Fernando Aramburu.

En cuanto a novelas, Alexis Ravelo publicó Los milagros prohibidos (Siruela) y El peor de los tiempos (Alrevés), donde recupera a Eladio Monroy, protagonista ya de cinco libros. Un cuento suyo, además, se incluyó en la antología Tiempos negros (Siruela), al cuidado de Ernesto Mallo. Javier Hernández Velázquez presentó Mientras mueres (Alrevés), Yanet Acosta Matar al padre (Alreves), Mariano Gambín La mansión (Oristán y Gociano) y José Luis Correa El detective nostálgico (Alba Editorial) y La décima caja, una reedición de una novela publicada hace varios años con el título de La hija del náufrago.

También ha sido un año provechoso para Santiago Gil. En librerías coinciden sus novelas Gracias por el tiempo (Mercurio editorial) y Dos (Editorial Siete Islas). Los escritores Nicolás Melini y Anelio Rodríguez Concepción presentaron Africanos en Madrid (Reino de Cordelia) e Historia ilustrada del mundo (Pre-Textos), mientras que Rafael Alonso Solís y Jonathan Allen mezclaron géneros diversos en sus novelas El canto de la raposa (Baile del sol) y El conocimiento (Ediciones Idea)

Dos libros de Juan Cruz relacionados con su oficio de periodista también vieron la luz en 2017, Un golpe de vida (Alfaguara) y Encuentros con Vargas Llosa (Ediciones Deliberar), que recoge este último algunos de los diálogos que ha mantenido a lo largo de más de 30 años con el autor de La ciudad y los perros.

Editorial Planeta publicó El huido que leyó su esquela, de Fernando Delgado, y el incombustible Alberto Vázquez Figueroa Rumbo a la noche (Ediciones B) y Adiós Mr. Trump (La esfera de los libros). José Rivero Vivas presentó en Idea Rútila oquedad y Alodio. Suscinta nota biográfica de José Díaz Hernández.

El escritor Víctor Ramírez presentó Contracorriente y una reedicion de La machanguita en Mercurio, y en la misma editorial Alberto Omar propuso el experimento literario en Sin comienzo ni final. El profesor y escritor Nilo Palenzuela presentó un imaginativo bestiario en Animales impuros (Los libros del señor Nicolás), con ilustraciones de Sandra Ramos, e Ignacio Gaspar y Ana García-Ramos, por otro lado, publicaron Baile de tapados y Tanto para nada, ambos en Baile del Sol.

Se pudo leer, además, La vida figurada (Renacimiento), una nueva entrega de los diarios de José Carlos Cataño y Me llamo Adou (Planeta) de Nicolás Castellano.

Gerardo Pérez Sánchez, Enrique Carrasco y Roberto A. Cabrera dieron a conocer respectivamente las novelas Las tormentas interiores (Verbum); La última sospecha del maestre sala (Chiado editorial) e Interregno. Pasión e instante en la vida de Humberto Laredo, fotógrafo (Editorial Trifolium). Estos títulos coincidieron en librerías con La ternura (colección Blackbirds, Alfaguara), una novela intimista de Roy Galán con ilustraciones de Alexis Bukowski. En el terreno de la fantasía y la ciencia ficción, destacaron entre otros autores Ángel Marrero Delgado con la lovecraftiana Lazarus Coffin, o el horror de Rlyeh (Círculo rojo editorial) y Víctor Conde con La Orfíada (Plaza y Janés).

Manuel M. Almeida, director de la revista cultural digital Dragaria, que desde la red informa desde 2017 con puntualidad sobre el panorama literario en las Islas, publicó la novela Evanescencia y Cuentos mínimos en Mercurio Editorial, que como otras editoriales de las Islas mantuvo este año una constante producción entre las que se encuentran, además de los títulos citados, novelas como Cambullonero in pectores, de Julio César González Padrón; Cartas de Irene, de Ezequiel Ramírez; La calle de Los Conejos, de Martina Villar; Grietas en el tejado. Demencia 1, de Leandro Pinto; Manual de pérdidas, de Javier Sánchez García e Historias sefardíes, de Luis Rivero, entre otras.

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