Y no fue el año esperado

Las situaciones de carencia se cronifican y se transmiten entre generaciones: niñas y niños pobres hace diez años son hoy los jóvenes parias de nuestra sociedad.

El año 2017 no fue el año esperado para muchas familias que albergaban esperanzas de cambio; para otras que esperaban mejorar; para otras que… Aun así, no todo fue negativo, pues hubo un leve crecimiento económico y del empleo. Si bien ese ligero crecimiento económico lo fue a niveles de la microeconomía, apenas se percibía por el pueblo llano, aunque desde el Gobierno central y los autonómicos se nos hablaba de muy buenas expectativas de crecimiento, ellos se referían a la macroeconomía, no a la otra, la micro, que es la que percibimos la mayoría poblacional.

Y finalizando 2017, mi memoria retrocede en el tiempo diez años, hasta 2007. En aquellas Navidades, el voluntariado de distintas Cáritas Parroquiales detectaba en las acogidas la llegada de personas inusuales, lo que dio pie para sospechar de que “algo estaba ocurriendo”, pues entre esas personas había familias, incluso muy jóvenes, que demandaban ayudas básicas por “retrasos en el pago de salarios por parte de algunos empresarios”; al tiempo, se estaban produciendo despidos laborales, principalmente en los sectores de la construcción y la hostelería.

Meses después estas situaciones se daban a diario y, la crisis económica se nos vino encima como una enorme piedra de muchas toneladas.

¡Cuántas familias quedaron en la pobreza más absoluta! ¡Cuántas familias jóvenes abandonaron sus viviendas —recién compradas— y retornaron al seno familiar! ¡Cuántas familias de diferentes edades fueron desahuciadas de sus casas por no poder hacer frente a los créditos hipotecarios o a las cuotas de alquiler! ¡Cuántas familias desestructuradas! ¡Cuánto desastre, y no solo económico!

Desigualdad, esa desgracia

Y entonces se llegó a la conclusión de que esa desgracia no era únicamente económica, sino aún más grave como que tenía un carácter estructural, y de desigualdades, porque las diferencias entre ricos y pobres era y es un hecho que no desapareció con la crisis, sino todo lo contrario: entre los años 2012 y 2016, en España, el número de personas ricas aumentó en más de 58.000, y el número de personas pobres se incrementó en 1.200.000… Sí, ha leído bien, un millón doscientas mil.

La vida de muchísimas familias en Tenerife y el resto de Canarias cambió radicalmente de un día para otro, pasando del bienestar a situaciones de pobreza que, en muchos casos, jamás habían padecido ni conocido en su entorno. En ocasiones, hubo quienes pasaron de ser benefactores de Cáritas a recibir ayudas.

Y ahora en 2017, aquellos lodos dejaron estos barros, porque la pobreza se ha cronificado; la pobreza se está heredando… Sí, niñas y niños en pobreza hace diez años, son hoy los jóvenes pobres de nuestra sociedad (en este año 2017, casi un 40% de los menores de 18 años, sufren pobreza en Canarias).

Debate en el Parlamento

Y nuestro Parlamento, que es la cámara o asamblea legislativa, ? propia del sistema parlamentario, se reunió en octubre pasado para tratar sobre la situación crítica de pobreza en nuestro Archipiélago. Y ello, proclamado a los cuatro vientos a bombo y platillo, despertó no solo entre las familias con elevados índices de pobreza, sino entre las más de 40.400 familias canarias sin ningún tipo de ingresos, expectativas acerca de “soluciones a sus problemas”. Pero…

“mucho ruido hacía el saco
y solo llevaba tornillos, cuatro”.

El año 2017 no dejó de sorprendernos con los datos que conocíamos a diario, datos oficiales o de otras entidades que solo hacían que se confirmaran nuestras inquietudes y desasosiegos, para más y mejor cubrir las demandas que nos llegaban.

Cierto que nuestra área de empleo, conjuntamente con el programa Barrios por el Empleo-Juntos Más Fuertes, que financia el Cabildo tinerfeño, hemos logrado el pasado año alto porcentaje de contratos laborales para quienes han participado en el mismo, y eso nos ha permitido sacar de la pobreza a muchas familias, aunque los sueldos no permitiesen a esas familias abandonar totalmente la pobreza (el 15% de los trabajadores canarios está bajo el umbral de la pobreza, o en ella). Fundamentalmente los problemas con los jóvenes nos han venido por su falta de formación para acceder al mercado laboral; más de un 60% no tenían hecho o completado la ESO y/o el Bachillerato, de ahí que nos viésemos obligados a completar esa formación académica para llevar a cabo la profesional.

Ámbito de actuación

Dentro de nuestro ámbito de actuación diocesano, y en las parroquias de los dos arciprestazgos de la isla de La Palma (Santa Cruz de La Palma y Los Llanos de Aridane), venía detectándose desde mediados del año 2015, a personas solas que acudían a las acogidas de Cáritas solicitando alimentos, ropa y otras ayudas básicas, manifestando no tener casa o alojamiento, y que vivían en la calle, en cuevas, y otros lugares de la capital palmera y del resto de la Isla. Desde nuestro Departamento de Acción Social se dispuso lo necesario para comprobar el alcance de estas situaciones y la persona contratada al efecto desde abril de 2016, detectó y atendió hasta finalizar el pasado año 2017, a 75 personas sin hogar, que se les orientó hacia los servicios sociales de los distintos municipios, a fin de tramitarles la documentación oportuna y solicitar ayudas. De las personas atendidas, 20 accedieron a prestaciones de diversos tipos, incluso tuvieron acceso a recursos alojativos.

Hasta ahora el costo de este proyecto en la Isla, ha sido asumido en su totalidad por Cáritas (tanto las arciprestales de La Palma, como desde los Servicios Generales de Cáritas Diocesana), si bien para el año 2018 hay compromiso de dos ayuntamientos para cooperación económica: Santa Cruz de La Palma y Los Llanos de Aridane.

Por otro lado, el pasado año arrancó el programa Base 25, financiado por el Cabildo Insular de Tenerife, cuyo objetivo es (en dicho ámbito insular, pero con idea de abarcar todo el Archipiélago) atender a unidades familiares múltiples (un solo adulto o varios y menores) en riesgo de perder su vivienda por una ejecución hipotecaria o de arrendamiento, ocupación ilegal o desahucio. Desde su puesta en marcha hasta diciembre de 2017 fueron atendidas 148 unidades familiares, que repercute en 472 personas, de las que 258 fueron adultos y 214 menores de 18 años.

Además, Base 25 dispone de asesoramiento jurídico para aquellos procesos que están judicializados, para la elección de abogado de oficio o facilitar el acceso a dicho profesional. Igualmente se facilita a las familias que lo necesitan ayudas básicas como alimentación y otras necesarias.

También 2017 nos daba cifras escalofriantes y preocupantes sobre los menores de edad extranjeros; casi un 60% de los que viven en España con un solo progenitor, están en riesgo de pobreza. Claro que extranjeros y nacionales alcanzan un lugar escalofriante dentro de la UE: “España es el cuarto país con más porcentaje de menores en riesgo de pobreza”. Superamos hasta en 22 puntos la media europea.

Y cuando hacemos balance del 2017, esos datos negativos solamente nos animan a ver con buenas perspectivas el nuevo año 2018.

Que así sea.

Facebook
Twitter
LinkedIn
COrreo-e
Imprimir

Patrocinadores

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Ver
Privacidad