Arte versus Covid

La ironía de acercar el arte en momentos donde domina la distancia

Desde que comencé a escribir en este apartado del Anuario de Canarias, Arte en la Plástica de Canarias, se han generado todo tipo de circunstancias. Momentos de euforia, donde el dinero no era problema, construyéndose continentes de conocidas firmas arquitectónicas que auguraban un futuro prometedor lleno de ilusión para el mundo cultural de los que habitamos aquí, aún a sabiendas que no había suficiente contenido para coronar lo realizado; otros momentos de crisis económica que, en muchos casos, lejos de agudizar la inventiva de quienes dirigían o coordinaban algunos espacios expositivos, sirvió de excusa para que sus dirigentes, referido esto siempre al sector público claro está, gestionasen dichos ámbitos como si de una finca particular se tratase.

Basándonos en los datos de los que saben de economía, este socavón perduró hasta el 2014 en España, pero nada más lejos de la realidad en este Archipiélago. Entonces, ¿cómo podría comenzar este documento hoy?, ¿podíamos caer más?…  Sí, estamos ante una pandemia mundial de cuyo nombre no quiero acordarme, que ha hecho tambalear los macizos cimientos de múltiples sectores y más aún, los de la cultura y el arte que, en nuestro territorio, están cogidos con alfileres. ¿Qué hacer? ¿Cómo superar esta etapa y ajustarnos a esta realidad?

“La educación no lo es todo, pero sí casi todo”. Estas precisas y claras palabras de Ana Botín resumen mi pensamiento. Las recetas para solucionar los problemas de este momento se están multiplicando. Tras el reset estival, comienza una etapa repleta de buenas y novedosas intenciones. Según los expertos, el descanso y la mente positiva estimulan la creatividad. Reubicación de las obras, nueva organización de los espacios, inauguraciones escalonadas, limitaciones de público que respeten la distancia de rigor, museos con mascarillas, etc. Otras formas son posibles, sí, eso está claro, pero Canarias viene arrastrando una carga de profundidad que no tiene que ver con ningún contagio vírico actual y que se ha de solucionar. Lo real es que esto no es nada nuevo, ni guarda relación con ese virus innombrable, es algo que se viene repitiendo desde hace bastantes décadas y que los diferentes partidos políticos que han gobernado nuestro territorio no han solucionado. Llámalo brecha educativa, agujero, abertura o rotura, llámenlo como quieran, lo que está claro es que existe y que, poco a poco, hace que el sector del arte se esté convirtiendo en ámbito de unos pocos elegidos, alejado de los diferentes contextos sociales y cada vez más precario.

Si hubiera que destacar alguna propuesta fresca resaltaría ‘Creas 2020’, la primera exposición de arte urbano llevada de artistas canarios cuyo soporte utilizado fue un formato publicitario

El arte en Canarias, con todas sus particularidades, tiene que ser una prioridad y por ello sería una buena opción y además necesaria, invertir en educación, cultura y en los distintos proyectos o espacios tanto públicos como privados creados para tal fin. Me consta, y me reitero, que para fomentar el arte y con ello la cultura, tenemos que empezar desde abajo, desde los cimientos.

La educación es la base de todo, necesitamos formar a las nuevas canteras y crear, utilizando términos de moda, un buen fondo de armario para el futuro, en el que seguramente tendremos que lidiar con otros tipos de pandemias. Es primordial acercar el arte a las mayorías y no sólo a las élites, acortar distancias e invertir no sólo económicamente sino también en tiempo y en currículos educativos reales que nos permitan a todas y a todos conocer, no sólo nuestro pasado sino también nuestro presente y futuro más inmediato.

Otras formas son posibles

Esta situación anómala nos determina a la hora de hablar de recorridos artísticos. El 13 de marzo de 2020 puso el cierre a todas las programaciones y proyectos expositivos. Los centros públicos y privados interrumpieron sus diferentes propuestas, Fotonoviembre en el TEA, el Museo de Bellas Artes, el MUNA, El CAAM, La Regenta, las salas del Cabrera Pinto, la Fundación Cristino de Vera, Artizar, la Fundación CajaCanarias, Bibli o museos varios entre otros, quedaron en silencio. En la actualidad, estos espacios, poco a poco, comienzan a salir de su letargo teniendo claro que nada será igual. Tanto la imaginación, como la creatividad, serán cualidades cruciales a la hora de hablar de gestión cultural. Ya no valen los másteres y cursos que nos especializaban en esta labor, anclados en una realidad que hoy ya es pasado. Retomando el tema de la cercanía en tiempos de distancia, las personas que gestionan estos espacios tendrán que pensar en nuevas opciones que nos ayuden a retomar las diferentes propuestas expositivas. “La creatividad requiere coraje” dijo Henry Matisse, eso es lo que se necesita.

Ante esto afirmamos que no se puede cambiar lo realizado pero sí, lo que está por hacer. Si tuviera que destacar alguna propuesta fresca en este período resaltaría Creas 2020, la primera exposición de arte urbano llevada a cabo por artistas canarios cuyo soporte utilizado para mostrar su obra fue un formato publicitario. De manera novedosa y paritaria, en diferentes vallas, doce artistas canarios mostraron sus trabajos en estos espacios publicitarios distribuidos por distintos puntos del espacio público, desde Santa Cruz hasta San Cristóbal de La Laguna, convirtiéndose en una de las mayores rutas expositivas de arte público en nuestro territorio. Con esta propuesta, además de difuminar los límites entre publicidad y arte, se permitió a los y las transeúntes disfrutar de una muestra artística con todas las medidas de seguridad pertinentes.

Otro ejemplo del buen hacer viene de la mano de la galería Artizar con una iniciativa curatorial titulada Hipervínculos, que consiste en una serie de exposiciones virtuales comisariadas por curadores, artistas, críticos, coleccionistas o gestores. La primera toma de contacto fue Tras la ventana, coordinada por el equipo interno de la propia galería que gestionó un acopio de recuerdos, unos lejanos y otros más cercanos.

Una colección de trabajos de veinte artistas que seleccionaron dos ventanas, dos visiones o dos pequeños o grandes agujeros por los que poder distraernos viendo su mundo, su forma de percibir, entender y transmitir. Los cazadores de retratos es la segunda de estas muestras online, que nos presenta un diálogo por medio de diferentes retratos contemporáneos. Además, Caja de sorpresas, una propuesta lúdica que revisita la historia de la galería. Una caja virtual-showroom en la que va introduciendo cada mes diferentes obras, que también están a la venta.

Estas y otras propuestas que comienzan a aparecer son un ejemplo claro que un presente distinto es posible, ahora bien, es preciso que estas nuevas rutas avancen en la misma dirección y al unísono con los cambios culturales, políticos o contextuales donde se producen, sólo así se podrá conectar el viejo mundo con el actual.

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