El cero turístico en Canarias supuso una caída del 70% de visitantes, apenas 4,69 millones frente a los 15,9 recibidos en 2019
Después de años batiendo récords en cifras de visitantes, Canarias tuvo que hacer frente a principios del año 2020 a la mayor crisis de su historia. De recibir turistas extranjeros sin parar, el Archipiélago pasó, en cuestión de días, a echarlos literalmente de los hoteles y devolverlos a sus países de origen. “Ni en mis peores pesadillas imaginé un cero turístico en Canarias”, aseguraba la consejera de Turismo del Gobierno canario, Yaiza Castilla, al tener que repatriar a los miles de turistas que estaban de vacaciones en el Archipiélago cuando el Gobierno de España decretó el estado de alarma. Hoteles, playas, bares cerrados y cruceros fondeados en aguas fuera del puerto fue la imagen principal de una pandemia que ha ido desangrando poco a poco a la economía de toda una región
Un cero turístico que atacó de lleno a los cimientos de la economía canaria que, un año después, no se ha recuperado. Y es que las cifras son tozudas: Las Islas cerraron 2020 con 10,48 millones de clientes menos que el año pasado (-69,3%) con un total de 4,64 millones de llegadas, muy lejos de los 15,9 que llegaron a Canarias en 2019. Se trata de cifras que no se tenían desde principios de los años 80, según datos de Frontur. Además, basta analizar los datos de los principales mercados emisores de las Islas para hacernos una ligera idea del drama: Reino Unido, por ejemplo, aportó 3,76 millones de viajeros menos (-76,2%) que, en 2019, la caída de Alemania, segundo mercado emisor de las Islas, se cifró en 1,76 millones (-66,3%) y la pérdida en el conjunto de los países nórdicos (Dinamarca, Suecia, Noruega y Finlandia) fue de 996.670 (-65%). Solo en el mercado peninsular la caída fue inferior al 60%. Canarias recibió 1,15 millones de turistas menos, lo que supone un retroceso del 58,7%, siempre según datos de Frontur.
La alta dependencia de las Islas del mercado extranjero y el avance de la pandemia a nivel mundial han hecho al Gobierno de Canarias alargar la fecha de la recuperación del sector que todos situaban en este verano. Y es que la cepa india y los elevados índices de contagios en el Archipiélago no auguran una recuperación a corto plazo. Es más, el sector no espera una recuperación a niveles anteriores a la COVID-19 hasta 2023 ó 2024. Y es que este terrible virus destruye la economía canaria el doble que la española. Según la patronal de la provincia tinerfeña (CEOE-Tenerife), el PIB sufrió en 2020 una caída del 20,5%, cerca de 9.000 millones de euros, y la recuperación del 10%, apenas cubrirá lo perdido el año pasado. Por eso hablan de 2024 como el año para empezar a salir del agujero.
El desplome de los viajes ha afectado a aerolíneas, agencias de viajes, proveedores de alimentos, vehículos de alquiler, comercio, restauración y ocio, construcción…
No obstante, en términos generales, y en comparación con el resto del país, podemos decir que la pandemia, hasta ahora, ha sido benévola con las Islas. Sin embargo, la alta dependencia que tiene Canarias del turismo [supone casi el 75% del PIB de las Islas y el 35% del Estado] ha provocado que el Archipiélago sea de las regiones más afectadas económicamente por esta crisis y a la que más le cueste recuperarse ya que todo dependerá de que los mercados emisores de turistas levanten sus restricciones y permitan a sus ciudadanos viajar sin cuarentena y sin pruebas PCR.
Es cierto que, durante todo este tiempo, y debido a las buenas cifras de incidencia por habitante, Canarias podía haberse colocado como destino seguro para recibir a los turistas, pero los rebrotes que dieron lugar a duras restricciones por parte de los principales mercados emisores de las Islas, como son Reino Unido o Alemania, han dejado al Archipiélago sin margen de maniobra de cara a este verano.
Visto esto, Canarias ha puesto toda la carne en el asador para captar al turista peninsular y local este verano, ya que la población aún no se siente segura y no quiere viajar muy lejos. Pero no nos engañemos, es el británico y el alemán el único mercado que puede darle oxígeno al sector turístico de las Islas este invierno. El mercado local y nacional no son suficientes para recuperar un verano que ya se perdió el año pasado. Y los empresarios lo tienen claro de cara al próximo invierno: perder dos Semanas Santas, dos veranos y dos campañas de invierno será “nuestra ruina”. Precisamente por ello las Islas recibirán un importe mayor de las ayudas estatales, algo que nadie discute.
Es cierto que el ritmo de vacunación en las Islas y en el resto de España ha cogido carrerilla. Lo único, en estos momentos, que puede salvar a un sector que ya no sabe cómo salir de la situación de incertidumbre constante en la que se encuentra. Medidas como las cuarentenas o test PCR obligatorios frenan los viajes de posibles turistas que ven incrementado, en algunos casos, hasta un 80% el precio de su paquete turístico. El certificado digital de vacunación puesto en marcha por la Unión Europea el pasado 1 de julio facilitará los viajes, pero aún está por determinar cómo quedará el principal mercado de las Islas, Reino Unido, que no termina de decidir si permite o no a sus ciudadanos salir de sus fronteras. El caso es que, si estos mercados no empiezan a abrir la mano y sus gobiernos levantan las restricciones, la industria turística de las Islas y todos los sectores de los que depende tendrán muy difícil su supervivencia y serán muchas las empresas que tendrán que echar el cerrojo definitivamente.
La influencia de esta industria no solo llega a la hostelería. El desplome de los viajes ha afectado a las aerolíneas, agencias de viajes, proveedores de alimentos, vehículos de alquiler, comercio, restauración y ocio, construcción, viviendas vacacionales… y a un largo etcétera de subsectores que viven gracias a esta actividad. De los más de 70.000 trabajadores que continúan en ERTE en Canarias casi el 60% pertenecen al sector servicios. Casi uno de cada diez trabajadores en ERTE que hay en España es canario, a pesar de que la población de las Islas apenas representa el 5,5% del total nacional.
Canarias ya tiene la alfombra roja en sus aeropuertos para empezar a recibir a los turistas, aunque este verano serán en su mayoría nacionales, la idea es que los extranjeros empiecen su paseo por la alfombra roja a finales de septiembre, coincidiendo con la temporada alta turística: el invierno, y cuando Canarias ya no tiene competencia con otros destinos.