Nada más llegar a la Consejería de Turismo y Empleo, hace un año, todo el equipo asumimos un compromiso firme con Canarias: situar al residente en el centro de todas nuestras políticas. Debíamos liderar, por un lado, la transformación hacia un turismo regenerativo, y por otro, programas de formación adaptados a la Canarias real, con un apoyo decidido por el talento emprendedor. Y la hoja de ruta era y sigue siendo clara.
En turismo, situar al residente en el centro de la acción requería, en primer lugar, regenerar el tejido de normas que regulan la actividad turística en Canarias, leyes y decretos que tienen entre veinte y treinta años de antigüedad y que hace tiempo quedaron obsoletos y ha dado lugar a un desorden urbanístico, con turistas en barrios residenciales y residentes en zonas turísticas. Y esta pérdida de equilibrio se traduce en caos urbanístico, falta de seguridad jurídica, pérdida de empleo, subida de precios de la vivienda y el alquiler y, por ende, malestar ciudadano.
Ordenar este caos implicaba actuar en el ámbito turístico y de forma inevitable, en primer lugar, regular la vivienda vacacional. En julio de 2023 anuncié que trabajaríamos en una ley para ordenar esta modalidad alojativa, que había crecido sin límites cuantitativos o cualitativos. Comenzamos entonces una ronda infatigable de reuniones con todos los agentes implicados para buscar el máximo consenso en la futura ley, conscientes del debate que se iba a generar.
No podemos permitir que se oferten tiendas de campaña en azoteas, que se destinen viviendas de protección oficial al alquiler vacacional, que se pueda terciarizar todo el suelo residencial cuando Canarias está inmersa en una crisis habitacional, -agravada, por cierto, por una nefasta Ley de Vivienda Estatal, responsable de la huida despavorida del 40% de la oferta residencial, en manos de pequeños propietarios que han buscado refugio en el vacacional-.
Ahora, tras un año de trabajo, el anteproyecto de Ley de Ordenación Sostenible del Uso Turístico de Viviendas está a punto de llegar al Parlamento de Canarias, donde espero un debate constructivo y responsable. A esta iniciativa legislativa se unen otras que también emprendimos en este primer año como la regulación de campings y acampadas, el decreto para profesionalizar el turismo activo o la renovación de la Ley de Ordenación del Turismo, vigente desde 1995.
La premisa de colocar al residente en el centro de nuestras políticas atraviesa todas las áreas de la Consejería. En infraestructuras turísticas hemos realizado una inversión importante para la remodelación de espacios que repercuten en el bienestar de los residentes, así como por la rehabilitación del patrimonio histórico, seña de nuestra identidad donde hemos invertido 8 millones de euros. También hemos duplicado esfuerzos para lograr que los 144 millones de euros procedentes de fondos europeos se queden en Canarias para financiar proyectos vinculados a la eficiencia energética pero también a la prevención de riesgos laborales para los trabajadores de la industria.
El giro de timón se ha dado en materia de promoción, donde lanzamos la campaña nacional Islas no aptas para todos los públicos, con el objetivo de aclarar que en Canarias son bienvenidos los turistas respetuosos con nuestros espacios naturales, con nuestra biodiversidad. Una acción que ya suma doscientos millones de impactos y que tendrá su continuidad este invierno. Además, damos la bienvenida a nuestros visitantes en los aeropuertos de las islas con carteles para concienciar al visitante, nada más aterrizar, de la fragilidad de nuestro territorio.
Si bien es indudable que tenemos retos por delante, no podemos olvidar quiénes somos. El turismo es el motor económico y social de nuestras islas. Sustenta el 40% de los empleos directos, representa el 35% del PIB, y aportó, a través de impuestos directos, 3.441 millones de euros -un 12% más que en 2023-; ingresos que sirven para financiar servicios públicos esenciales en Canarias.
En empleo, en este primer año de gestión, nos marcamos como reto bajar de los 170.000 desempleados. Hoy, el paro se ha reducido hasta las 158.000 personas, la cifra más baja desde marzo de 2008. Son 11.428 desempleados menos que hace un año. Cifras muy positivas pero que no son suficientes. Tenemos importantes desafíos por delante para lograr mayor calidad en los empleos y seguir generando oportunidades.
Una de las principales líneas de trabajo ha sido adaptar los programas formativos del Servicio Canario de Empleo (SCE) a las necesidades del mercado laboral, después de que muchos sectores nos trasladaran su dificultad para encontrar personal cualificado. Así ocurría con el transporte, donde había unas 500 vacantes sin cubrir. Por ello, en alianza con la Federación de Empresarios de Transportes de Canarias (FET), pusimos en marcha un proyecto pionero para formar como conductores profesionales a 300 desempleados; una formación que financió el SCE. Nuestro objetivo es replicar este convenio con otros sectores, y ya hemos iniciado conversaciones con Femete, Femepa o la Fundación Laboral de la Construcción.
Otro de los hitos de este primer año de gestión ha sido recuperar el programa de Garantía Juvenil, que llevaba sin convocarse desde 2021. Financiado por el SCE, contará con una partida de 23,2 millones de euros para mejorar la empleabilidad de 930 desempleados menores de 30 años. Programa que se une a Cataliza VII y Practícate, que con una cuantía de un millón de euros han brindado a más de 700 jóvenes su primera oportunidad laboral.
Pero nada será posible sin apoyar de forma decidida a los autónomos y al talento canario. Y aquí hay que recordar que la mayoría de las empresas canarias son pequeñas y medianas. Vecinos, familiares, amigos, que se despiertan cada día para empujar de su negocio, crear riqueza, generar empleo y sacar adelante a los suyos y a su tierra. Por ellos, desde el Servicio Canario de Empleo (SCE) hemos ampliado las ayudas para trabajadores por cuenta propia, con 18 millones de euros ejecutados hasta septiembre (un 8,5% más que en 2023), y que ampliaremos ahora en cinco millones. Esto, unido a la puesta en marcha de la cuota cero para nuevos autónomos, impulsada por la Consejería de Economía, ha llevado a batir un récord de autónomos en las islas, con 142.000 trabajadores por cuenta propia.
No quiero terminar sin recordar el día que anunciamos junto con la Consejería de Educación que los jóvenes con discapacidad mayores de 21 años podrían seguir formándose gracias al programa Capacítate, la discapacidad no te limita, del SCE. Ver la ilusión de aquellos chicos, a los que el sistema daba la espalda cuando cumplían 21 años, nos emocionó, porque la responsabilidad que asumimos hace un año merece cada segundo la pena. Este programa se duplicará este año y esperamos llegar a más islas.
Y este trabajo es, insisto, una responsabilidad. Si algo caracteriza al equipo de Turismo y Empleo es que no somos de esquivar problemas, sino de afrontarlos. El principal reto que tenemos en Canarias es social y cada decisión que tomemos debe ir dirigida a mejorar la calidad de vida de la ciudadanía canaria. Y en eso estamos trabajando. Porque Canarias es nuestro mejor proyecto de vida.