La Radio: 100 años en España y sigue ‘tan campante’

Una radio profesional e independiente nunca debe desaparecer

El pasado 14 de Noviembre ( 2024) la Radio (siempre con mayúsculas) cumplió 100 años en España y como bien decía RTVE ese mismo día: “Desde hace 100 años, la Radio se escucha de fondo en los hogares españoles. La primera emisión vino de Radio Barcelona y, desde entonces, las ondas radiofónicas nos han informado sobre los acontecimientos que han ido ocurriendo en nuestro país. La Radio ha ido cambiando a medida que lo ha hecho la sociedad y ha resistido a la llegada de la TV e Internet”.

Totalmente de acuerdo con este texto de RTVE, el cual cito por honradez profesional y porque hay que utilizar “lo de otros”, pero sin apropiarse de ello como si fuera nuestro. Pero, tal vez por manera de ser y por mi vinculación a la radio, quiero aportar detalles y realidades del conocimiento que me permite el haber estado 24 años y cuatro meses en RNE, ocupando puestos de distinto nivel. Todo ello me permite hablar de este medio, la radio, como algo que he vivido intensamente y que me aportó un capital inmenso a la hora de poder hablar de este tema.

En la radio, como en cualquier otro medio, debemos distinguir la Información de la Opinión y por supuesto, no se deben dar noticias sin contrastar. La inmediatez de la Radio lleva –en algunos casos– a cometer imprudencias y no dar la información exacta de los hechos ocurridos. Una cuestión nada baladí en los tiempos que corren donde el larga que algo queda se quiere imponer por parte de individuos que no son profesionales sino mercenarios. Las tertulias, muy presentes en nuestro día a día –también en TV– deben cuidar detalles como el comportamiento de los que intervienen en ellas y ahí está el difícil papel del moderador / moderadora que constituye una responsabilidad que hay que asumir y –si no se está dispuesto– no aceptar dicho papel. La mala educación y el sectarismo nunca se deben permitir entre los tertulianos.

A caballo de los cambios

La radio se ha ido encontrando con cambios muy rápidos en la sociedad y ha tenido que adaptarse a ellos. La no adaptación conlleva la muerte del medio y eso sería una tragedia para nuestra vida, para nuestra sociedad, no solo la española sino la de todo el mundo. A los que hemos acudido a la universidad para aprender este oficio, este trabajo tan importante: ser Periodistas profesionales, se nos enseñó por parte de destacados enseñantes: José María Desantes, Angel Benito, Ramón Albalá, Victoriano Fernández Asís…. que en Periodismo existen varios géneros: entrevista, reportaje, informativos resumen (los boletines breves)… Y así un breve etcétera por el que unos nos decantamos más que otros. No voy a ocultar que la entrevista es un género apasionante y –sobre todo– cuando la persona o personas entrevistadas dan juego y aportan información, opinión e incluso consejos para el radioyente.

En los últimos tiempos ha surgido el podcast, calificado como un nuevo formato de contenidos, concebido fundamentalmente para descargar y escuchar en ordenadores o en cualquier tipo de reproductores portátiles lo que hace posible un acceso importante a este nuevo tipo de formato. En mi opinión, el podcast es un rival muy fuerte para el género del reportaje, pero bienvenido sea. Y en esta adaptación del medio radio a los continuos cambios que se producen en la forma de escuchar la radio , está el quid de la supervivencia y su importancia de cómo llegar a la opinión pública. Siempre hemos hablado de la inmediatez para calificar a la radio, pero esa ya no es la cuestión debido a Internet, telefonía móvil…. y lo que ello supone. La utilización de diversas herramientas para captar audiencia es lícita y el podcast lo es porque no deja de ser una serie de episodios grabados en audio y transmitidos online. Puede oírse o escucharse en diversos dispositivos y esto aumenta su éxito y accesibilidad. Es verdad que la rapidez con que se producen las noticias, las falsas noticias, los bulos… seguir contando con el medio radio es una garantía, dependiendo, lógicamente, de la profesionalidad e independencia de quienes trabajan en ella. También de su preparación, de saber contar lo que ocurre, de llegar a la audiencia y es que la radio analógica, por Internet, digital…la podemos llamar como queramos, pero no deja de ser radio. El avance tecnológico que nos acompaña en nuestro día a día nos permite tener un acceso mucho más grande a la radio. Ya no solo hablamos de escucharla en casa o en el coche, como hasta hace bien poco. Hablamos de escucharla en cualquier sitio y eso hay que agradecerlo al avance tecnológico que vivimos con unos cambios tan rápidos que a muchos les cuesta encajar.
Si estos avances son para bien ¡bienvenidos sean! ¡Quién nos iba a decir que podríamos escuchar cuándo y dónde quisiéramos la radio, no solo en directo sino a través de plataformas donde se suben los distintos programas radiofónicos! La adaptación es un término que debe estar presente en nuestras vidas y saber encajarlo y aprovecharlo.

Y llegados a este punto del artículo, no puedo omitir que a pesar de los años (cien en el caso de España) la magia de la radio se mantiene y una parte fundamental es el vínculo que los profesionales que se han dedicado a este trabajo han sabido crear con el oyente. Hay quien piensa que la era dorada de la radio en España fueron las décadas entre 1920 y 1950 porque era el medio de entretenimiento familiar dominante (lo mismo que pasó en Estados Unidos entre 1870 y 1890), pero yo creo que adaptándose a los tiempos cualquier década puede ser prodigiosa.

La última palabra la tenemos los radioyentes o escuchantes, como ustedes prefieran denominar a los que les gusta la radio, aman la radio y están dispuestos a que sea un medio informativo que nos acompañe siempre.

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