Los accidentes de tráfico, con su incesante goteo de muertos y heridos, siguen siendo una autentica tragedia humana. Pero aún partiendo de esa base, a la hora de hacer balance del año 2004 hay que mostrar una moderada satisfacción por la reducción considerable en el número de muertos por accidente de trafico en las carreteras canarias.
Las cifras de fallecidos en las carreteras canarias en los últimos cinco años parecen lo suficientemente significativas como para confirmar que no estamos ante un tímido cambio de tendencia, sino ante un autentico cambio de rumbo en materia de seguridad vial. De las 134 personas que perdieron la vida en la carretera o en las 24 horas siguientes al accidente durante el año 2003, se ha pasado a sólo 105 en el 2004, lo que supone casi un 22% de reducción. Además, Canarias ha doblado el descenso de la media nacional, que ha sido del 12,7% con un total de 3.516 muertos. Y si se utilizan las estadísticas referentes a los muertos durante el accidente o en los treinta días siguientes, la comparación también resulta favorable.
Un análisis más detallado nos permite extraer un dato bastante significativo al observar las cifras por grupos de edades y detectar que uno de los mayores descenso se produce en el de hasta los 14 años, lo que nos viene a demostrar que el hecho de hacer obligatorio el uso de los sistemas de retención infantil ha dado sus frutos. Los expertos siempre han mantenido que el uso generalizado de las sillitas para los menores reduciría la mortalidad de los niños hasta en un cincuenta por ciento. Y las cifras les han dado la razón en 2004. Además, el análisis pormenorizado de los accidentes confirma que cada vez se está haciendo un mayor uso de los cinturones de seguridad en los turismos así como de los cascos por parte de los conductores de ciclomotores y motocicletas.
Pero hay que tener en cuenta que las cifras antes ofrecidas están referidas sólo a los accidentes en carretera y que no se consideran los incidentes registrados en ciudades y pueblos, que, lamentablemente, elevan un poco más las cifras de fallecidos. Porque es precisamente en estas vías urbanas donde se siguen produciendo accidentes incomprensiblemente graves y, lo que es peor, con muchos jóvenes ciclomotoristas envueltos en ellos. Por ello, de cara al año 2005, es necesario exigir una mayor implicación de aquellas policías locales -cada vez menos, afortunadamente- que siguen practicando una absurda tolerancia que hace que los más jóvenes y otros también de edad avanzada se muevan por sus municipios con el desprecio absoluto de las normas y medidas de seguridad.
Esta falsa tolerancia se traduce luego en cifras angustiosamente preocupantes y, lo que es más doloroso, en un buen número de familias destrozadas. Porque nunca convendría olvidar que detrás de cada cifra, de cada muerto, de cada herido grave hay una persona, una familia y una historia. Por eso, están más que justificadas las cada vez mas numerosas campañas de sensibilización, centradas sobre todo en los peligros del alcohol y las drogas. Si estas campañas tienen efecto, el año que viene seguramente volveremos a celebrar una disminución en el número de muertos. Y si no, el carné por puntos, cuya entrada en vigor coincidirá con el inicio del año 2006, nos ayudará a conseguirlo.