Hace ya doce años que la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó las Normas Uniformes para la Igualdad de Oportunidades de las Personas con Discapacidad. Estamos, por tanto, ante una magnífica oportunidad para promover el entendimiento y aceptación de la discapacidad y tomar nuevas iniciativas de acción para mejorar las vidas de las personas con discapacidad. El Gobierno de Canarias ha aprobado recientemente el Programa de Atención a la Discapacidad, una demanda que las asociaciones venían reivindicando, desde hace más de ocho años. Este proyecto, al que se han destinado 158 millones de euros, entrará en vigor el uno de enero de 2005 y significa la homologación de casi 3.200 plazas en obra y equipamiento y de más de 3.200 plazas en mantenimiento, además de la construcción y/o contratación de 1.172 nuevas plazas.
También hablamos de que, por primera vez, se establece una cartera de servicios que garantiza una atención de calidad, digna y de respeto a los derechos de las personas con discapacidad. Podemos decir, por tanto, que Canarias ha registrado un avance importante, en recursos sociales, acceso a la educación y a una formación cualificada de todas las persona en general y de las personas con discapacidad en particular. Pero tenemos que romper algunos muros: la integración se ha generalizado y, aunque con dificultades, hemos conseguido la igualdad de oportunidades en muchos campos, el siguiente paso es extender esas capacidades al mundo laboral.
La Consejería de Empleo y Asuntos Sociales tiene varias líneas para la contratación de personas discapacitadas, tanto por cuenta ajena, como por cuenta propia. Están funcionando los centros ocupacionales de empleo y los talleres ocupacionales. Nuestra legislación laboral incluye la obligatoriedad de las empresas con más de cincuenta trabajadores de cubrir un dos por ciento de su plantilla con personas con discapacidad, y existe reserva de cupo para opositar a la administración autonómica. Sin embargo, aunque dictemos normas y ayudas que faciliten la inserción laboral y expidamos sanciones para que se cumpla la normativa, la mejor fórmula para hacer efectivo nuestro objetivo es convencer a la sociedad de algo, que por otra parte es sólo la verdad, que es la inmensa capacidad y la magnífica contribución que las personas discapacitadas pueden aportar al mundo del trabajo, gracias a su formación, a su talento y sobre todo, a sus tremendas ganas.
Otra asignatura pendiente es la eliminación de barreras arquitectónicas y de la comunicación. Más de cincuenta municipios canarios han presentado planes de accesibilidad y desde el Gobierno de Canarias se conceden subvenciones para obras de acondicionamiento. La Consejería de Empleo y Asuntos Sociales otorga, cada año, los Premios Canarias de Accesibilidad, en los que se reconoce los trabajos innovadores de investigación en materia de accesibilidad. Pero necesitamos dar un paso más: que todos seamos respetuosos con la normativa, y que construyamos para la igualdad, sin barreras.
¿Qué ocurriría si una mañana nos encontráramos con un muro que nos impidiera salir de nuestras propias casas, con bordillos de aceras de más de dos metros, o pasillos de cinco centímetros? Quizás, si esto sucediera, en sólo un día aprenderíamos a valorar los muros que han tenido que ir derribando las personas con discapacidad a lo largo de la historia.
(*) Artículo escrito por Águeda Montelongo González, consejera de Empleo y Asuntos Sociales del Gobierno de Canarias, con motivo de la celebración del Día Europeo de la Discapacidad y publicado en los diferentes medios informativos de las islas el pasado 3 de diciembre de 2004.