Hemos de confesar que desde hace años andamos inmersos, que no absortos, en los cambios que trae el nuevo tiempo, sorprendidos por la presencia de rasgos de otras culturas, que se abren camino con ímpetu y que despiertan la curiosa aceptación al desplegar su atractiva exoticidad, pues cuentan con el inconfesable apoyo de la globalización mediática.
Los canarios observamos la creciente llegada de un contingente humano, que en algunas islas como es el caso de Lanzarote y Fuerteventura ejerce su influencia con mayor intensidad. No obstante, nos alivia comprobar que, ante esa realidad, continuamos apostando por recuperar las manifestaciones más tradicionales. En esa línea y a lo largo de 2004 se han dado pasos importantes para rescatar del peligroso olvido algunos rasgos propios, a los que se les está prestando atención por parte de estudiosos, especialmente atentos a la oralidad, con trabajos que afortunadamente alcanzan cada día mayor eco a través de los medios de comunicación, que contribuyen a presentarlos con naturalidad y que hacen que se refuerce su arraigo. Me pregunto si no hemos llegado algo tarde y si el intento que a título individual o colectivo se hace para ordenar lo desordenado logrará abrirse camino en medio de la maraña de confusión que se ha extendido a nuestro lado.
Tratando de ser optimistas, y en reconocimiento a la acertada labor emprendida, hemos de citar, entre otros, a la Fundación para la Etnografía y el Desarrollo de la Artesanía Canaria (FEDAC), del Cabildo de Gran Canaria, que ha puesto a disposición de los usuarios, a través de su web, el amplio fondo de documentación fotográfica; la reapertura del Museo de Antropología de Tenerife, con sede en la Casa de Carta, con la exposición La Casa de Carta y las Tradiciones, centro ante el que se abre un debate de futuro con una nueva sede (¿compartida?) en el casco histórico de La Laguna; la concesión de la Medalla de Oro de Canarias, que le fue entregada, entre otros, a Jacinto Alzola Cabrera, de impecable y polifacética ejecutoria; o al veterano Grupo de Coros y Danzas Nambroque de La Palma; o el homenaje que la Pila de Garrote Ichasagua realizó un año más en El Médano (Tenerife), y que dedicó al poeta gomero Tomás Chaves y al grupo Guahedum.
Asimismo, es grato señalar la acertada y activa labor que viene realizando el Servicio de Agricultura y Desarrollo Rural del Cabildo de Tenerife, con actuaciones tan sobresalientes como la que dieron en titular Al Paso de la Cumbre, con la escenificación del trueque entre las gentes de una y otra vertiente insular, así como la siega que a la vieja usanza realizaron en Icod del Alto, o el trabajo de la instalación de una carbonera en Chio, manifestaciones todas ellas de marcado rescate etnográfico. Y es obligado dejar constancia de la labor emprendida para la plena recuperación del Camino Viejo de Candelaria -que está a punto de ser declarado BIC con la categoría de Sitio Histórico, y que en gran medida se debe a la incansable labor del inquieto caminante Miguel Pérez Carballo y de los Montañeros de Nivaria- o la acertada actuación que ha tenido el Cabildo de La Palma con la señalización plena de los senderos, que dan paso al encuentro con los grandes valores que atesora esa isla.
Soy consciente de la alta complejidad que supone todo intento de resumir las acciones que se han producido en las islas en un campo tan disperso y variado como es la materia que nos ocupa. Las diferentes citas no responden a ningún tipo de prelación y quedan referenciadas de meramente accidental, por razones de tiempo y espacio. Dicho esto señalo entre las diferentes publicaciones periódicas que se han presentado a los tres números (17-18-19) de la revista El Pajar-Cuadernos de Etnografía Canaria de la Asociación Cultural Pinolere. El primero, con las ponencias presentadas a las VII Jornadas de Debate y Estudio de Artesanía y Patrimonio, dedicadas a Los Museos de Etnografía, y los siguientes a los Oficios Artesanos y la Cultura Ganadera, que fue el eje temático de la XIX Feria que como cada año congregó en el bello paraje orotavense a un público numeroso y cada vez más interesado.
También en ese lugar la citada asociación puso en marcha una Escuela Rural, que en los meses de verano acogió a más de trescientos niños y jóvenes, y presentó el primer título de su anunciada serie de documentales La Memoria de los Viejos, que dedicó al Tapado de Pajares. De otra parte, en el marco de la Feria de Artesanía de El Hierro, el Cabildo de esa isla presentó el documental La herrería en El Hierro, con el que rinde homenaje al último herrero de la isla, Andrés Armas. Asimismo, el pasado año inició su encuentro con el publico la revista Ruta Archipiélago, que dirige Yuri Millares, publicación de acertado diseño que cada mes y a manera de encarte acompaña a los periódicos La Provincia y La Opinión, ofreciendo contenidos siempre atractivos, siendo esmerada la atención que presta al patrimonio etnográfico.
Igual de sobresaliente, y si cabe espectacular, fue la apuesta de Rincones del Atlántico, que presentó sus dos primeros números, ofreciendo abundante y cuidada documentación. A ello hay que sumar el número 6 de la Revista de Cultura Popular Canaria Tenique, que en formato de libro reúne una miscelánea de temas, fruto del trabajo de cualificados profesionales en la investigación histórica y etnográfica. El Baleo, revista de la Cooperativa La Candelaria, ofrece atención preferente a la actividad pecuaria; y otras como La Tajea, del Ayuntamiento de San Miguel de Abona, y Esequén, de la Asociación Cultural y Ecológica Tagarugunche (La Gomera) dejan constancia de nuestro patrimonio tangible e intangible, que se enfrenta al inexorable tránsito que supone el encuentro con otro tiempo.
Libros y artesanía
Al comentar la producción bibliográfica de 2004 es obligado citar títulos como los presentados por la editorial Llanoazur, entre ellos Saberes y sabores. El Gofio o también Marchantes o pescadoras en Arona; las Notas de Etnolingüística Canaria, de Francisco-Pablo de Luca (Ed. Tamusni); Los Ranchos de Pascuas en Tinajo, de Manuel Lorenzo Perera y María Dolores García Martín (Ayuntamiento de Tinajo); La Rebelión de Guahedum (Tagaragunche); los libros que de manera constante ofrece Ediciones Idea en sus colecciones, como Tenerife y el automóvil, de Jorge Naval; o el sobresaliente trabajo emprendido por el Centro de la Cultura Popular Canaria, que además de ofrecernos su magna obra La Gran Enciclopedia de la Cultura y otros muchos títulos como El juego del palo, de Ángel González y Alejandro Rodríguez, ha iniciado la colección Memorias del Olvido, que se enmarca en un proyecto tan ambicioso como imprescindible, Recuperación de la Memoria Histórica, del que ha ofrecido la biografía Florisel Mendoza y República y represión franquista en la isla de La Palma, de Alfredo Mederos.
En el campo de la artesanía merecen atención las ferias insulares, en especial, por su calidad y rigor, las de Lanzarote, Fuerteventura y La Palma. Y se aprecia una masiva solicitud del carné artesano por parte de personas que en los últimos años han optado por residir en las islas. Ese hecho está siendo contestado por parte de algunos artesanos, que piden la urgente declaración de oficios tradicionales con fórmulas que garanticen la conservación y protección de los valores patrimoniales. Mención especial cabe hacer de la labor emprendida por los cabildos insulares, que han dado pasos en la creación de empresas y hacia el establecimiento de marcas de procedencia, que no de garantía. Estas actuaciones coinciden en parte con las que ha emprendido la Consejería de Industria. En todo caso, hay que ser optimistas de cara al futuro, señalando antes que un año más se celebró con éxito la Feria de Artesanía de Canarias, que tuvo su sede en Gran Canaria, y que Tenerife supo potenciar la XIV Muestra Iberoamericana de Artesanía, con la entrega del XV Premio Tenerife de Artesanía, que recayó en el artesano e investigador mexicano Gaspar A. Sánchez García.
