Mal año para las libertades de expresión y de prensa

Al finalizar 2008, todos los indicadores que maneja Reporteros Sin Fronteras (RSF) para evaluar el estado de la libertad de expresión en el mundo, y el de su principal soporte, la libertad de prensa, llevan a la conclusión de que ha sido un mal año. A pesar de haber conseguido movilizar a más sectores de la sociedad en favor de sus periodistas, cerramos el ejercicio con 60 periodistas muertos, además de 147 periodistas y 69 ciberdisidentes encarcelados.

Las razones por las que la comunidad internacional no puede actuar con eficacia contra regímenes que violan sistemáticamente los derechos humanos y las libertades fundamentales no es una incógnita. Hay poderes interesados en sostener estas situaciones para mantener un status quo en el que determinados grupos políticos y económicos actúan sin contemplaciones para conservar privilegios para unas minorías. Después de hacer una encuesta en más de 150 países con asiento en las Naciones Unidad, RSF concluía que en el mundo posterior al 11 de septiembre sólo la paz protege las libertades. Y en el ámbito de la libertad de expresión que nos ocupa se puede concretar aún más: no es la prosperidad económica, sino la paz, la que garantiza la libertad de prensa.

Esta afirmación se hacía sobre los resultados de la encuesta citada, que situaba entre los veinte primeros puestos de la clasificación mundial de la libertad de prensa a dieciocho países europeos más Nueva Zelanda y Canadá. En la relación destacaban también naciones con una renta por habitante diez veces menor situados en América Central y el Caribe, además de países africanos como Namibia o Ghana, todos ellos por delante países hasta ahora emblemáticos de las libertades como Francia, Italia o la propia España, afectados por la violencia de las mafias y del terrorismo. Hacer un análisis geográfico de la situación de las libertades de expresión y de prensa es ilustrativo, pero puede ser útil hacer otro análisis para determinar qué fuerzas o poderes se oponen a estas libertades fundamentales y cómo actúan según su capacidad coercitiva.

En una relación no excluyente se puede hacer un listado con ejércitos regulares actuando sobre el terreno, fuerzas paramilitares, grupos guerrilleros o insurgentes, grupos del extremismo religioso, mafias económicas y del narcotráfico, partidos totalitarios, monarquías absolutas, dictaduras militares o populistas… Según se puede apreciar en la clasificación mundial por países relativa a libertad de prensa, cuando estos elementos tienen el poder político recurren a la censura y al encarcelamiento para intimidar a los medios y a los periodistas; y cuando no tienen ese poder, recurren a la amenaza, a la agresión y al asesinato para disuadir a los medios y provocar la autocensura de los periodistas.

Una de las mayores lacras que padece la sociedad actual es la impunidad que consiguen los inductores de la represión civil en conflictos declarados o soterrados en múltiples países del mundo. Así, en el ámbito de la comunicación, alrededor del 90 por ciento de los asesinatos de periodistas permanece total o parcialmente impune porque los gobiernos de los países en que matan a periodistas apuestan por el tiempo y el olvido para proteger a los asesinos de cualquier sanción. Para enfrentar esta situación mundial, RSF persigue que la sociedad esté de forma permanente sensibilizada por el estado de la libertad de expresión y de la libertad de prensa en el mundo. Y para ello busca la complicidad de otras organizaciones de la sociedad civil, de parlamentos y de gobiernos democráticamente elegidos, pero especialmente de los propios periodistas, porque en esta profesión, el ejercicio del periodismo, sigue manteniendo un componente vocacional de mediación social que nos hace especialmente sensibles a la falta de estas libertades.

En España, en los últimos seis años, el 3 de mayo, día mundial de la libertad de expresión, se ha consolidado como una fecha emblemática en la que partidos políticos, sindicatos, asociaciones civiles y organizaciones no gubernamentales acompañan a los periodistas que presentan y comentan informes en las capitales de las comunidades autónomas, trabajos elaborados en parte con financiación pública y que se han comenzado a distribuir, inclusive, en catalán o en euskera con el apoyo de la Generalitat de Cataluña y del Gobierno Vasco. La complicidad de los periodistas se hace patente también cada 10 de diciembre, fecha en la que RSF convoca una jornada de solidaridad con los periodistas encarcelados en el mundo por el ejercicio profesional. Más de 80 periodistas de unos 50 medios españoles participan en un programa de apadrinamiento de periodistas encarcelados, con el objetivo de dedicarles un espacio en la prensa, un hueco en la radio o la televisión en fechas significadas de sus vidas, para que no caigan el olvido y sientan que la sociedad está con ellos y con sus familias.

Y queda pendiente la Universidad. Es necesario que los estudiantes de periodismo conozcan la realidad que hemos descrito sobre la libertad de expresión y la libertad de prensa en el mundo y tomen la decisión de de no ceder en la defensa de ambos derechos en el ejercicio profesional, de ser solidarios con los periodistas, fotógrafos y reporteros que arriesgan la vida en la cobertura de conflictos. Y también deben ser solidarios con otros miles de profesionales de la comunicación que ejercen sin la cobertura legal y las garantías necesarias para desarrollar un trabajo con independencia de criterio. Por todo ello, y en este escenario mundial, Reporteros Sin Fronteras mantiene sus iniciativas y su lema central: no esperes a que te quiten la libertad de expresión para defenderla.

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