Una crisis de esperanza

La pobreza: la cara más dura de la crisis. Ese era el titular que encabezaba mi comentario el pasado año en este Anuario. Y ahora que me pongo a escribir sobre el impacto de la crisis en forma de pobreza creciente, demandas de ayuda social o situaciones de emergencia social me pregunto: ¿se mejoró en algo la situación de miles de personas en pobreza finalizando 2008, a las cifras del mismo periodo en 2009? ¿Qué ha cambiado de un año para otro?

La respuesta a las preguntas formuladas en la entradilla es “lamentablemente mucho”. Sobre todo para un ingente grupo de trabajadores y trabajadoras que han engordado las cifras del paro. Y llegando a la fatídica cantidad de 249.000 parados en 2009, todavía se nos vaticina que el 2010 finalizará con 320.000 desempleados. Y que Canarias verá su recuperación para el año 2017. Eso es como un jarro de agua fría para muchas familias de estos peñascos que lo están pasando muy mal. Pero es que entre esas familias se encuentran empresarios y empresarias que tenían un negocio más o menos floreciente y que se han visto abocados al despido de su personal contratado y al cierre del negocio. ¿Cuántas empresas (mayoritariamente pymes) han cerrado sus puertas? ¿Cuántas están inmersas en un concurso de acreedores (antes suspensión de pagos)? Son muchas. Y no podemos olvidar que aproximadamente el 85 por ciento del empleo en Canarias, como en el resto del Estado, lo generan las pymes.

Desde Cáritas hemos denunciado incluso en el Congreso de los Diputados, el récord histórico que se alcanzó en 2009 con las cifras de pobreza. Superamos los 8.500.000 pobres. Y en el conjunto del Estado atendió Cáritas en ese año a un total de 800.000 personas. La demanda se duplicó en dos años por los efectos de la crisis, puesto que se pasó de 400.000 atendidos en 2007 a 600.000 en 2008 y a los citados 800.000 demandantes un año después. Los comedores sociales con que cuenta tanto Tenerife como Gran Canaria están llenos todos los días; y los que frecuento en la provincia tinerfeña, cuentan con gentes que reciben una bolsa de alimentos cuando no pueden acceder al comedor por haberse cubierto su cupo con los que ya entraron.

Familias al completo comiendo; sí, porque de lunes a viernes he visto a parejas solas, y los sábados acompañadas de sus hijos, que el resto de la semana comen en los comedores escolares. Familias que acuden a Cáritas en demanda de ayudas para alimentación, vivienda (en forma de pagos de alquileres o alguna cuota de la hipoteca, agua, luz, gas, etc.), transporte (no pueden pagar, el transporte escolar, o precisan de bonobús para sus desplazamientos en la búsqueda de empleo) y otras demandas como para medicinas (hay familias que no pueden pagar el porcentaje que los no jubilados abonan a las farmacias para retirar las medicinas prescritas por los médicos del Servicio Canario de Salud), así como para libros y material escolar. Otra de las demandas va dirigida a la búsqueda de empleo y formación. Hay otras personas, cada vez más, que precisan ayuda psicológica para superar depresiones sobrevenidas a causa de su situación personal y familiar como consecuencia del paro y la pobreza.

Un hombre, acogido en una de nuestras casas, me decía que fue encargado de una importante empresa de transporte de mercancías en la Península. Redujeron plantilla y se vio en el paro. Después le sobrevino la separación de su pareja, la desestructuración familiar y la pobreza más absoluta… Otra persona que conozco, y que no hace mucho se ganaba la vida como pintor y caricaturista entre el turismo de Puerto de la Cruz, ahora acude diariamente a las puertas del albergue municipal de Santa Cruz de Tenerife a ver si tiene una cama o un hueco en el pasillo para pasar la noche, de lo contrario volverá a un banco del mobiliario público, a un soportal o a la intemperie…

Y además están los jóvenes, uno de los colectivos más afectados en Canarias, porque en muchos casos abandonaron los estudios para integrarse como empleados del sector de la construcción. Quisieron abandonar el hogar familiar para comprar un piso (¡ah, las grandes facilidades para ello!) y constituir una familia. Lo hicieron, progresaron, se endeudaron y todo lo que habían hecho se les vino abajo como un castillo de naipes. Ya sabemos que el sector más afectado por la crisis fue el inmobiliario y por ende la construcción. Ahora se encuentran en paro y sin la formación adecuada que demanda el poco empleo que se genera. Y vuelven con los padres porque no pueden valerse por sí mismos. Carecen de medios para subsistir, pagar la hipoteca, los créditos del coche, de los muebles, de los electrodomésticos…

En definitiva, ese consumismo que con los parabienes y facilidades de las entidades financieras, ha ayudado a caer en esta profunda depresión económica y personal a muchas personas y familias (“le hago una hipoteca por el 100% del valor de su vivienda y así se compra el coche, los muebles y los electrodomésticos”, nos decía el comercial del banco). Aún no hay datos oficiales de 2009, pero el Instituto Nacional de Estadística (INE) cifra las personas situadas por debajo del umbral de la pobreza en el año 2008 para Canarias en un 24,8% (más de 500.000 personas), frente al 19,6% del conjunto de España. El Archipiélago está en el cuarto lugar de las Comunidades Autónomas con mayores porcentajes de pobres. En Cáritas cuantificamos en algo más esas cifras, acabando el año 2009. Pero es que no hay que ser miembro de Cáritas ni un experto para darnos cuenta de que ese porcentaje está desfasado e incrementado, por desgracia.

Emergencia Social

La declaración de Emergencia Social en el municipio de Santa Cruz de Tenerife trajo un revuelo a la población demandante de ayudas sociales, pues se les decía poco más o menos que las mismas iban a tardar dos días en resolverse con esta situación de emergencia, en vez de un año como hasta ese momento. No ha sido así. Los trámites burocráticos a lo largo del 2009 han seguido retrasando esos pagos (a pesar de la mejoría que han experimentado) y la gente se desespera. Entonces, ahí está Cáritas. El pasado año 2008, en el municipio de Santa Cruz de Tenerife, atendimos a 1.800 familias, de las que 1.200 fueron derivadas por los servicios sociales del ayuntamiento santacrucero. Pero es que, en muchos casos, las derivaciones de los servicios sociales municipales a Cáritas son informales y no queda constancia escrita de esa derivación. Y en otros casos, incluso se les dice a las personas atendidas que no digan en Cáritas que han acudido a esos servicios municipales.

Quiero hacerme eco de unas palabras del secretario general de Cáritas Española, Sebastián Mora, en el Foro Nueva Economía, en Madrid. Dijo que “la persistencia de la pobreza manifiesta de manera cruenta la pereza moral y política de nuestras sociedades, que para ser afrontada adecuadamente necesita recorrer tres escenarios entrelazados y conectados aunque con cierta autonomía interna. Esos escenarios son, primero, acometer una manera distinta de mirar el mundo económico y social; segundo, tomar conciencia de que los momentos que vivimos no son sólo, ni esencialmente, una crisis económica, sino que estamos sumidos en una crisis de esperanza; y tercero, reinventar el espacio público como lugar de deliberación y diálogo en común”.

Para concluir hay que dejar bien claro que la opción de Cáritas es la de complementar a los servicios sociales públicos, no sustituirlos. Se trata de una respuesta que sólo puede coordinarse desde el reconocimiento de esta realidad. Esa labor de complementariedad de la acción social por parte de Cáritas no puede consistir en adelantar dinero de ayudas de urgencia concedidas por los servicios públicos, ni en asumir casos que los servicios sociales no pueden atender, ni en ofrecer cobertura de necesidades urgentes o básicas no atendidas por los servicios públicos (ropa, alimentos, ayudas escolares, medicinas, pago de alquileres, suministros), ni hacerse cargo de personas que han agotado todas las prestaciones públicas posibles. La misión de Cáritas se basa en trabajar conjuntamente con los servicios públicos las propuestas y las posibilidades de respuesta y ejecutar todas las acciones en red.

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